La presión que la sociedad ejerce sobre nuestra imagen, nos ha llevado a creer que nuestro valor depende de los números. Y es que cuando llegamos “a cierta edad”, pareciera que las mujeres perdemos nuestro brillo.
Con el reciente estreno de “Just Like That”, el tema del envejecimiento ha estado sobre la mesa más fuerte que nunca, haciéndonos reflexionar sobre cómo ha cambiado la imagen que se tiene de una mujer que pasa de los 50.
Curiosamente, la serie ha sido comparada con la popular “The Golden Girls”, de 1985. Protagonizada por Betty White Beatrice Arthur, Rue McClanahan y Estelle Getty, la historia se centra en cuatro mujeres que se enfrentan a diferentes situaciones tras divorciarse o enviudar.
En Just Like That, las protagonistas enfrentan algo similar ya que Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker), Miranda Hobbes (Cynthia Nixon) y Charlotte York (Kristin Davis) ahora están en sus cincuentas y la jungla neoyorkina se ve completamente diferente que cuando estaban en sus treintas, durante Sex and the City.
Lo curioso es que en ambas series, las protagonistas pasan justo de la mediana edad pero hay un abusmo de diferencias en la forma en la que son representadas.
Betty White tenía 63 años cuando la serie comenzó en 1985, pero se las arregló para interpretar a Rose, un personaje de 55 años cuando comenzó la serie.
Al igual que White, la actriz Bea Arthur tenía 63 años cuando comenzó la serie, aunque su personaje, Dorothy, tenía poco más de 50 años. Por su parte, Rue McClanahan, quien di9o vida a Blanche Devereaux, tenía 52 años cuando comenzó el programa y el personaje rondaba esa edad.
Las reglas del juego han cambiado pues mientras que en los años de “Las chicas doradas” llegar a los cincuenta te convertía en una mujer mayor, que debía “desacelerar” el ritmo, ahora se lucha por demostrar que no hay por qué hacerlo.
Y aunque aún estamos atadas a la idea de que “tenemos que vernos de cierta forma”, la misma Sarah Jessica Parker ha dicho que todo se trata de una misoginia interiorizada.
La actriz protagonizó la portada de la edición de diciembre de Vogue USA y aprovechó para enviar un mensaje contundente a quienes se la pasan criticando su “envejecimiento” y el de sus compañeras del show.
“Hay tanta charla misógina en respuesta a nosotras que nunca sucedería a un hombre”, dijo. “‘Canas, canas, canas. ¿Tienes canas?’ Estoy sentada con Andy Cohen y él tiene la cabeza llena de canas y es exquisito. ¿Por qué está bien para él? No sé qué decirles, gente. Especialmente en las redes sociales. Todos siempre tienen algo que decir”.
Las mujeres no solo enfrentamos la presión de ser profesionales y formar una familia, sino que también de mantener el aspecto juvenil que teníamos a los veinte al mismo tiempo.
Nos bombardean constantemente con presiones sobre recurrir al botox, la cirugía plástica y hasta esas píldoras «mágicas» para adelgazar. No es de extrañar que cuando una llega a los 40 no se sienta muy bien consigo misma y se pregunten si podrían ser mejores, más delgadas, más jóvenes, más bonitas.
“Casi se siente como si la gente no quisiera que estemos perfectamente bien con el lugar donde estamos, como si casi disfrutaran que nos duela lo que somos hoy, ya sea que elijamos envejecer naturalmente y no lucir perfectos, o si haces algo si eso te hace sentir mejor “, afirmó Parker.