Con tan solo 15 años de edad, Violet Anne Affleck, la hija mayor de Jennifer Garner y Ben Affleck, se ha convertido en una de las adolescentes que más acapara los flashes.
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Y esto no solo por ser la primogénita de dos importantes figuras del cine, sino también por su elegante y atemporal estilo personal marcado por el sentido de la moda de su mamá.
En sus recurrentes apariciones de la mano de sus papás, ya sea en un paseo especial o una salida en un día como cualquiera, la joven siempre se convierte en el centro de atención con sus looks.
Tal como lo hizo en una de sus más recientes salidas familiares con su padre; su abuela paterna Chris Boldt y sus hermanos, Seraphina y Samuel, en Brentwood, California.
Violet Affleck conquista en un look sporty chic durante salida familiar
De acuerdo a Daily Mail, el miércoles 25 de noviembre, el actor de 49 años fue retratado junto a sus hijos y a su madre mientras se dirigían a disfrutar de una comida.
Durante el paseo diurno en el Brentwood Country Mart, Violet aprovechó para mostrar su estilo sporty con un atuendo tan casual y chic como funcional perfecto para el día a día.
La adolescente apostó por lucir un jumpsuit deportivo confeccionado en tejido elástico verde oliva con escote cuchara, sin mangas y cintura elástica con cordón ajustable blanco.
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En su llegada al centro comercial, la joven lució la prenda minimalista sin ninguna otra para completar, pero al final de la salida la combinó llevando encima un suéter blanco a rayas verdes.
Violet completó su outfit con un par de clásicas zapatillas deportivas negras infaltables en el armario. Asimismo, remató con unas gafas de sol con marco carey que aportaron un toque cool.
Por supuesto, la joven no olvidó portar un cubrebocas para protegerse de la covid-19. En esta ocasión, eligió uno negro con estiloso estampado de lunares blancos.
Con esta salida, la jovencita no solo mostró su gran relación con su familia y su sentido de la moda sencillo, clásico y estiloso. También su pasión por la lectura de temas complejos.
Y es que cargó firmemente entre sus brazos el libro Empire’s workshop, del profesor de historia Greg Grandin, aparentemente para ojear durante la cita familiar.
