Elegante y sobria, así reapareció este domingo la reina Isabel II en el bautizo de dos de sus bisnietos, luego de que el Palacio de Buckingham hace una semana anunciara que la soberana de 95 años sufría una lesión de espalda.
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Esta situación preocupó al pueblo británico porque era la primera vez que la reina no asistía a las celebraciones del Día del Armisticio.
La soberana fue vista la noche del domingo con un elegante sombrero y una chaqueta verde claro a bordo de un coche, según se observa en las imágenes reveladas por la prensa británica.
Nietos bautizados
August Brooksbank y Lucas Tindall, bisnietos de la reina, fueron bautizados en una ceremonia privada en la capilla All Saints, en el dominio real de Windsor.
August es el hijo de Eugenia de York, la hija del príncipe Andrés, tercer hijo de la reina y de su esposo, Felipe (fallecido en abril).
Lucas es el hijo de Zara Tindall, hija de la princesa Ana, segunda hija de Isabel II.
La reina Isabel II tiene 12 bisnietos: El príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Lousi, hijos de Kate y William; Archie y Lilibeth Diane, hijos de Harry y Meghan.
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Savannah e Isla Phillips, hijos de Peter Phillip y Autumn ya divorciados; Lena, Mía y August Phillips, hijos de Zara y Mike Tindall.
August Phillip, hijo de la princesa Eugenia y Jack y Sienna Elizabeth, hija de la princesa Beatriz y Edoardo Mapelli.
Preocupados por su salud
El estado de salud de Isabel II ha sido el tema de preocupación en los últimos meses del Reino Unido.
Hace unas semanas pasó una noche en un hospital para hacer exámenes “preliminares” que el Palacio de Buckingham no detalló de qué se trataba.
Asimismo, el pasado 20 de octubre los médicos obligaron a la soberana a guardar reposo, razón por la cual, a regañadientes, canceló su asistencia a la inauguración de la cumbre climática COP26 y al Día de Armisticio.
Su hijo el príncipe Carlos, heredero al trono, y Guillermo, segundo en la línea de sucesión, representaron a la familia real.
Sin embargo, un día antes del obligatorio reposo, participaba en una recepción en el castillo de Windsor junto al primer ministro Boris Johnson y el hombre de negocios estadounidense Bill Gates.
En este mes la soberana anuló varias apariciones públicas, pero sigue realizando audiencias por videoconferencia.