Hace unas semanas, el influencer Ricardo Ponce fue señalado por la youtuber Maire Wink por abuso y acoso sexual dentro de su negocio de «autosanación». Y es que según relató Wink, Ponce basa toda su filosofía en el sentir de las emociones con lo que creó su «secta sexual».
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Tras varias acusaciones de otras famosas y seguidoras, el llamado «gurú de la autosanación» se limitó a compartir un comunicado en el que aseguró que si no se había pronunciado, es porque lo haría «con hechos y no con especulaciones».
Sin importar los testimonios y el movimiento que se inició en redes sociales para exigir acciones legales en contra de Ponce, este siguió compartiendo contenidos como si nada hubiese pasado.

Recientemente se dio a conocer que el gurú sigue vendiendo cursos y retiros y que de hecho tiene uno con «sold out». También compartió un nuevo video en el que asegura estar feliz porque a raíz de la polémica, ha recibido más clientes.
<em>«Llegaron miles de nuevas personas también al escuchar todo esto y al sentir un poco de morbo y curiosidad se acercaron y escucharon un poco el contenido o se conectaron con esta información y pudieron llevar sus vidas a otra nueva dimensión… me da muchísimo gusto», dijo Ponce. </em>

Ponce agradeció a sus «valientes» (como llama a sus seguidores) por todo el apoyo que ha recibido a pesar de las acusaciones. Según afirma, su comunidad de seis millones de personas creció considerablemente en estos días.
El gurú también pidió no ser crucificado ‘sin pruebas’.
«<em>Aquí estoy en México y nunca me he ido, siempre estuve activo y ya lo verán en lo nuevo de este compartir. Empiezo diciendo que ningún ser humano debería de crucificar a otro ser humano, mucho menos en redes sociales y mucho menos sin ninguna prueba legal. Hay personas y medios de comunicación que pretenden crear controversia sin ningún fundamento legal, sin saber que detrás hay familias, niños, seres humanos, millones de valientes»</em>, señaló.
La incongruencia de las redes sociales
El tema de Ricardo Ponce pareció mitigarse en redes sociales sin embargo, la polémica con la proteína de Bárbara de Regil hizo que los internautas volvieran a poner a Ponce en la mira.
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Hace un año, la actriz e influencer fue acusada por el nutriólogo Aries Terrón de mentir con respecto a los beneficios de la proteína Loving It, cayendo en la categoría de «producto milagro», algo que es ilegal.

La polémica surgió luego de que Terrón denunciara que de Regil lo estaba hostigando. De inmediato se inició un movimiento en redes sociales para denunciar el sitio de la proteína, logrando que Instagram lo cerrara por unas horas.
Los internautas retomaron el tema de Ponce y cuestionaron por qué mientras de Regil era cancelada, él parecía seguir «libre de culpa».
La secta de Ricardo Ponce
Con más de 2.6 millones de seguidores en Instagram, Ponce ofrecía talleres de hasta 50 mil pesos en los que, según los testimonios, se aprovechaba de la vulnerabilidad y sensibilidad de las mujeres para abusar de ellas. El gurú las manipulaba, engañaba, seducía, acosaba y abusaba sexualmente de ellas por lo que ahora está sujeto a investigación ministerial acusado de incurrir presuntamente en el delito de Trata de personas en agravio de mujeres.

A principios de junio, elementos de la Policía de Investigación de la Fiscalía General de Quintana Roo (FGE) catearon el hotel Akalki, ubicado en el municipio de Bacalar donde el coach realizaba sus retiros de “autosanación”.
Una cuenta de Instagram llamada @denunciaaricardoponce fue creada para que las mujeres agredidas alcen la voz. Y mientras que se siguen sumando testimonios, no han habido acciones ni consecuencias.
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