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“El diablo me obligó”: los escalofriantes casos de Arne Johnson y David Berkowitz

La saga de "El Conjuro" ha despertado la curiosidad entre los fanáticos por el caso de Arne Johson y otros asesinos

No hay nada más macabro que saber que una película de terror está basada en hechos reales y la saga de «El Conjuro» no es la excepción.

Con el estreno de la tercer entrega: The Conjuring: The Devil Made Me Do It (o El Conjuro 3: El Diablo me obligó a hacerlo), han surgido un sin fin de historias que la han posicionado como un nuevo clásico del género.

Los fanáticos del universo del terror ya saben que la saga se basa en los archivos de casos de la vida real de Ed y Lorraine Warren, pero ¿qué hay detrás de Arne Johnson?

La trama de la tercer entrega se desprende de la investigación de un caso de 1981 sobre un hombre llamado Arne Cheyenne Johnson que “se declaró inocente por motivos de posesión demoníaca”.

Johnson habría apuñalado a un hombre llamado Alan Bono con una navaja de bolsillo de 5 pulgadas varias veces hasta matarlo. Este escapó de la escena pero fue arrestado a unas cuantas millas del lugar para ser llevado a juicio.

La defensa de Johnson intentó demostrar su inocencia basándose en la afirmación del acusado sobre haber estado bajo la influencia del diablo. Eso significaba que Johnson no asumiría responsabilidad personal por el asesinato de Alan Bono.

El argumento fue que todo comenzó con David Glatzel, hermano de 11 años de la prometida de Johnson. Se alegó que el niño había sido poseído y que luego el demonio se transfirió a Johnson. Fue entonces cuando la hermana de David, Debbie Glatzel, llamó a los sacerdotes y a los famosos investigadores sobrenaturales Warren para salvar al pequeño.

Otro caso en el que el asesinó argumentó haber estado poseído fue el de David Berkowitz

La historia Berkowitz ha dado mucho de qué hablar al ser retomado por la serie de Netflix, Mindhunter, del cineasta David Fincher. Por supuesto, debido al argumento de «el diablo me obligó a hacerlo», ha sido inevitable no comparar ambos casos

Todo ocurrió entre julio de 1976 y el mismo mes de 1977, cuando David Berkowitz disparó y mató a 6 personas, por las que actualmente cumple seis condenas perpetuas consecutivas. 

Berkowitz nació en Brooklyn y fue criado en el Bronx por padres adoptivos, pero se vio gravemente afectado por la muerte de su madre adoptiva, quien padecía cáncer.

Se unió al ejército a los 17 años, sirvió en Fort Knox y Corea y tras ser dado de baja más tarde, tuvo trabajos como taxista y clasificador de cartas.

Fue a mediados de la década de 1970 cuando comenzó a cometer crímenes violentos en los que sus víctimas eran aparentemente personas al azar, la mayoría de las cuales recibieron disparos con un revólver calibre .44.

La mayoría de sus delitos involucraron a dos víctimas, incluidas parejas que se encontraban en vehículos estacionados, pero parecía que sus objetivos principales eran mujeres jóvenes.

Muchas de las mujeres a las que apuntó tenían el pelo largo y castaño, lo que llevó a muchas a teñirse el pelo de rubio y cortárselo por miedo a ser atacadas.

El asesino dejó una nota en la que se hacía llamar «Hijo de Sam» cerca de la escena del crimen.

Su primera justificación para los crímenes fue que se lo había ordenado el perro del vecino. Posteriormente afirmó que todo había sido fruto de su abducción por un culto satánico.

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