Han pasado 23 años desde la muerte de la princesa Diana y todavía hay un capítulo de su historia que tiene muchos claroscuros: su muerte. En torno a ella se ha dicho tantas cosas, que hoy, las versiones sobre el lugar de descanso son encontradas, confusas y contradictorias.
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Desde aquel fatídico 31 de agosto, la Familia Real ha mantenido la postura oficial de que está enterrada en su mansión en la isla de Althorp, en el norte de Inglaterra, pero fuentes cercanas a ella aseguran que en realidad permanece en la cripta familiar en el pueblo de Great Brington.
El misterio de la tumba de la princesa Diana
La pregunta que todos se hacen es, si esto es cierto, ¿por qué la realeza no informó en primer lugar sobre su verdadero lugar de reposo? De acuerdo con La Vanguardia, se debe a que no quisieron que su tumba se convirtiera en un lugar de peregrinación.
De hecho, ese es el destino que corrió su casa del Althorp, la cual antes de la pandemia acostumbraba a recibir a cientas de personas interesadas en conocer más sobre la ex esposa del príncipe Carlos y hasta cobran entradas por ello, un negocio que maneja su hermano Charles Spencer.
Así lo aclaró el diseñador argentino Roberto Devorik años atrás, pues él es uno de los pocos que estuvo hasta los últimos años de la princesa Diana y guardó el secreto familiar después que se lo revelara una persona allegada a ella durante un almuerzo con Lady Elsa Bocker.
Según su versión, citada por la misma fuente, la aristócrata británica fue enterrada durante la madrugada anterior a su funeral oficial «después de tres días de negociaciones y con el cuerpo en la morgue, mientras se pusieron de acuerdo» sobre su paradero final.
En ese tour en Althorp, que reporta millonarias ganancias para ir a un lugar que en realidad no tiene cuerpo, también se pasea por las instalaciones del castillo familiar, se observa su vestido de novia y se lee el libro de condolencias, entre otras actividades que han pasado a ser turísticas.
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La verdad sobre la princesa Diana sale a la luz
Veinte años transcurierron para que el mundo conociera el secreto que se manejó solo en sectores muy selectos por aquel tiempo. El propio Devorik se lo tuvo que revelar a la policía británica durante la investigación oficial sobre su muerte, plagado de rumores de conspiraciones e intentos de asesinatos.
Sin embargo, no fue hasta 2007 que el mundo conoció esa versión cuando conversó abiertamente sobre el tema con Clarín. En aquella charla manifestó que hubo dos ataúdes: el que realmente llevaba el cuerpo de la princesa Diana y el otro, que atravesó las calles de Londres con Carlos, los príncipes Harry y William, más su hermano caminando detrás.
«Al anochecer del día antes del funeral oficial, el cuerpo de Diana se llevó diciendo que iba a pasar su última noche en su casa, al palacio de Kensington. Cosa que nos asombró a todos muchísimo porque no tenía lógica llevarlo del palacio de Saint James al palacio de Kensington antes del funeral en la Abadía de Westminster. Al día siguiente salió el ataúd oficialmente hacia la abadía», dijo.
Cuando le preguntaron el motivo de su revelación, el argentino aseguró que se arriesgó para que «la gente no vaya a rendir un homenaje a un traje de novia o al libro que está con las firmas de todos sus amigos. Si quieren ir a rendirle homenaje van a tener que hacerlo en la iglesia, que es realmente donde está».
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