La película Akelarre llegó a Netflix el pasado 12 de marzo, pero el final ha dejado a los fanáticos con muchas preguntas y un poco desorientados sobre lo que pasó en la producción española.
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Si bien Netflix es mejor conocido por sus películas y programas de televisión en inglés, el servicio de transmisión es excelente para llevar contenido internacional a una audiencia más amplia. Su última apuesta viene de España con Akelarre, que cuenta la historia de un grupo de mujeres jóvenes acusadas de brujería.
Sin embargo, el final ha dejado más preguntas que respuestas, y sin siquiera una pista de una secuela a la vista, los espectadores han quedado con muchas dudas al respecto. Sin embargo, te explicamos qué fue lo que realmente pasó y qué significa el desenlace de esta producción
Según reseña el portal HITC, Akelarre sigue a dos jueces, Rostegui y Consejero, a quienes el rey de España les ha encomendado la tarea de librar al país de brujas. Su misión los ve viajar a la región vasca en el norte de España, donde arrestan a un grupo de seis mujeres jóvenes y las acusan de brujería.
Al final, después de encerrarlas, Rostegui y Consejero se pusieron a trabajar interrogando a sus prisioneras con la esperanza de aprender más sobre el legendario ritual que se dice que invoca a Satanás.
Ana, una de las prisioneras, se da cuenta rápidamente de que si sigue el juego de las demandas de Rostegui, podrá proteger a las otras chicas de cualquier daño, al menos al principio. Con ese fin, miente y admite que ellas son realmente brujas.
Durante el largo proceso de interrogatorio, a Rostegui le empieza a gustar Ana, algo que la joven también busca explotar a cambio de un mejor trato.
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Con el tiempo, las chicas se ven obligadas a realizar el ritual y jugar plenamente a la mentira de ser brujas, cantando en un dialecto desconocido, que se cree que es un lenguaje satánico, y siseando y retorciéndose mientras lo llevan a cabo.
Una vez que han realizado el ritual, ellas intentan huir de sus captores y son perseguidas hasta los acantilados cercanos que han sido un lugar clave en todo momento. Rodeadas de soldados, la cámara se aleja de las chicas hacia Rostegui mientras él exclama «están volando».
Luego, la cámara regresa al borde del acantilado para mostrar que las chicas han desaparecido de la vista.
Entonces, ¿las chicas en Akelarre realmente eran brujas? Realmente no, no lo eran. Como se muestra a lo largo de la película, Ana miente sobre ser una hechicera para engañar a Rostegui y proteger a sus hermanas.
El “lenguaje satánico” que usan las chicas a lo largo de la película es simplemente el euskera, que difiere del español nativo que habrían usado los dos jueces y sus soldados.
Además de eso, el ritual que vemos realizar a las niñas parece ser una colección de canciones populares que ellas conocen y potencialmente se inspira en los rituales paganos, algunos de los cuales adoran las fuerzas de la naturaleza.
Y finalmente, llegamos a la escena final de Akelarre, donde Rostegui dice haber visto volar a las chicas sobre el acantilado. Cabe señalar que la exclamación del juez de «están volando» se produjo después de que le dieran una sustancia misteriosa para comer durante el ritual, lo que hizo que pensara que era un cerdo.
Si bien el destino de las chicas se deja a la imaginación del espectador, en realidad, lo más probable es que ellas saltaron de los acantilados en lugar de volar, casi con certeza cayendo a una muerte segura o con la posibilidad de aterrizar en el agua con suerte de haberse salvado. Rostegui las ve volando a causa de sustancia misteriosa que lo hace ver alucinaciones.
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