Britney Spears es sin duda una de las estrellas más grandes que ha tenido la industria pop pero el nuevo documental, producido por The New York Times, Framing Britney, ha dejado un sabor muy amargo sobre lo que la llevó a colapsar.
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El documental está repleto de momentos horripilantes, entre las hordas de los paparazzi, entrevistas incómodas y shows de televisión con presentadores que sólo se dedicaron a sexualizar y humillar a la cantante.
Y es que vemos a una Britney de 10 años que acababa de realizar una interpretación impresionante del tema Love Can Build a Bridge de The Judds en Star Search y el presentador, Ed McMahon, le preguntó si tenía novio. Una Britney que estando en el apogeo de su fama, los reporteros se limitaban a cuestionarla por su virginidad.
Una Britney a quien la periodista Diana Sawyer hizo llorar en plena entrevista al presionarla para que respondiera preguntas incómodas de su relación y ruptura con Justin Timberlake. «Hablemos de otra cosa por favor», pide Britney.
Desde pequeña, Britney sufrió mucho por el tormentoso matrimonio de sus padres y el alcoholismo de papá Spears. Su hogar estuviera lejos de ser un refugio, lo que la llevó a ser una niña introvertida y asustadiza, insegura de sí misma.
A medida que creció, tomó una actitud más agresiva. Aún así, nunca perdió la compostura y siempre se mantuvo cordial con esos incómodos entrevistadores. Ni aún siendo mayor de edad, Britney fue libre de los problemas en su familia, especialmente porque su madre asumió el rol de mánager. Al mismo tiempo, el alcoholismo de su padre la hizo sufrir más de lo que nadie podría imaginar.
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La presión del espectáculo y las malas influencias llevaron a la Princesa del Pop a sentirse más sola que nunca.
El 2007 fue un punto de quiebre para ella. La cantante fue captada entrando a una peluquería, donde afeitó su larga cabellera.
Nadie olvidará el rostro de aquella «muñeca perfecta» manchado de maquillaje, con la mirada perdida y un gran vacío reflejado en los ojos. Britney destruyó un parabrisas con una sombrilla, momento que fue captado por los paparazzis.
En aquel entonces nadie entendía qué estaba pasando, sólo asumían que «estaba drogada», incluso se dijo que eran efectos de la depresión post parto o la ruptura no superada con Justin Timberlake.
Pronto, Britney se convirtió en motivo de burla o un meme que dice: “Si Britney pudo sobrevivir al 2007, puedes hacer esto”.
Quizá todos hemos recurrido a esa broma cuando estamos atravesando por un momento de crisis pero es momento de parar y entender que no es divertido. Los trastornos de salud mental jamás deben ser una broma.
La cantante lo perdió todo, incluyendo importantes proyectos y contratos. Su padre, James Jamie Spears, pasó a tener la custodia sobre ella, como si se tratase de una niña pequeña. Esto hizo que él tuviera control absoluto de sus finanzas, así como de cada uno de sus movimientos.
Hoy, Britney no es libre de elegir qué cantar, en qué gastar su dinero, a dónde ir o con quién salir.
Después de varias temporadas de rehabilitación fallidas, la cantante perdió la custodia de sus hijos Jayden y Sean, fruto de su relación con Kevin Federline
Pasaron años para que Britney pudiera hablar de lo sucedido y concretar con palabras lo que sentía.
“Creo que tuve que darme más oportunidades en mi carrera y asumir la responsabilidad de mi salud mental. Se tomaron muchas decisiones por mí y no las tomé yo misma. Mi vida estaba controlada por demasiadas personas y eso realmente no te permite ser tú mismo. Estaba tratando de complacer a todos a mi alrededor porque soy quien soy en el fondo. Hay momentos en los que miro hacia atrás y pienso: ‘¿Qué demonios estaba pensando?’ «
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