El calendario marcaba 9 de diciembre de 1992 cuando se produjo un anuncio que revolucionó al mundo y confirmó meses de rumores en torno al matrimonio de la princesa Diana y el príncipe Carlos: la separación era inminente.
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Han pasado 28 años de ese momento y los expertos siguen considerándolo como uno de los eventos más significativos que marcaron la realeza en el siglo XX puesto que no tuvo precedentes.
El mundo conoció la separación entre la princesa Diana y Carlos
Una noticia de tal magnitud solo podía ser confirmada por una persona de alta jerarquía y confianza para el público británico, por eso, el encargado fue el primer ministro John Major quien se presentó ante la Cámara de los Comunes.
En su discurso leyó un comunicado redactado por el personal del palacio de Buckingham que le aseguraba a los parlamentarios la decisión conjunta del heredero al trono con la princesa Diana de tomar caminos por separado.
Según El Confidencial, en un fragmento de la notificación aclararon que solamente se trataba de un distanciamiento en la relación y que no tenían planes de llevarlo hasta un divorcio, algo que cambió años más tarde.
De igual manera, manifestaron que la relación entre el hijo mayor de la reina Isabel II y la madre de William y Harry seguía siendo cordial, por lo que cumplirían sus compromisos como la pareja real de Gales.
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De hecho, en medio de lo negativo, el pueblo del Reino Unido podía estar tranquilo porque la decisión de separarse no perjudicaba el ascenso al trono de Carlos ni que Diana tuviera que renunciar a la corona. Llegado el momento sería reina.
Ahora, después de casi tres décadas transcurridas y el cambio que ha dado tanto la monarquía como la evolución de la sociedad, un anuncio de ese tipo no causa tanto revuelo, pero en aquel momento, incluso obligó al mandamás del país a cancelar compromisos oficiales.
Conforme con el citado medio, tuvo que posponer una reunión de urgencia con el entonces presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, para asistir a Westminster y leer la declaración que acaparó la atención por varios días.
En aquel momento se pensó que eso podía tambalear la estabilidad institucional de la monarquía y que habían «oprimido el botón de su propia destrucción», de acuerdo con la reseña de la misma fuente.
La afirmación de un supuesto
Pero hubo muchos a los que no les sorprendió que lo que pintaba para ser un cuento de hadas terminara en despedida, más aun, porque meses atrás Andrew Morton había estrenado la biografía Diana: su verdadera historia.
En el libro, el periodista reveló los detalles actualmente súper conocidos de los conflictos que les trajo su diferencia de edad, las infidelidades de ambos, los celos de Carlos, la depresión de la princesa Diana y otros detalles álgidos.
Incluso para 1992, la pareja de la realeza británica ya no vivía junta, ya que Spencer pasaba tiempo en el palacio de Kensington con sus hijos mientras que el próximo rey de Inglaterra lo hacía en Clarence House con su abuela.
No obstante, la ruptura era mucho más profunda de lo que le hicieron ver a su pueblo. Solo cuatro años después firmaron el divorcio tras la dura entrevista de la hija del conde John Spencer con Martín Bashir.
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