La princesa Diana fue una mujer que padeció muchos problemas en su vida. El abandono de pequeña de su madre y luego el desamor de su esposo hicieron estragos en sus nervios. Cayó en depresiones terribles y padeció, como muchos saben de una implacable bulimia. Esta última es un tratorno difícil de superar, pero ella lo hizo.
Hacen más de dos décadas que la llamada “princesa del pueblo” murió en un accidente automovilístico. Sin embargo, su legado sigue presente y todo lo que tiene que ver con ella es motivo de interés pública.
Muchas mujeres nos sentimos identificadas con esa presión por mantener la figura perfecta y a la vez la compulsión de comer. Darren McGrady, el chef personal de la princesa Diana, contó cómo logró superar la bulimia.
¿Cómo logró superar la bulimia la princesa Diana?
McGrandy señala que comenzó a trabajar con la princesa Diana cuando esta se acaba de divorciar del príncipe Carlos. Es obvio que salir de esa situación marital le dio una liberta a Lady Di que la hizo pensar en cuidarse más a sí misma mucho más allá de las apariencias.
De acuerdo al chef personal de Diana, ella hacía ejercicio regularmente y solía cenar patatas hervidas y claras de huevo con pimentón y pollo escalfado. A la princesa le encantaban los pimientos rellenos:
«Me solía decir: ‘Tú ocúpate de las grasas, que yo haré lo mismo con los carbohidratos en el gimnasio», reveló el McGrandy que publicó el libro ‘Eating Royally: Recipes and Remembrances From a Palace Kitchen’ (Eating Royally: Recetas y recuerdos de una cocina de palacio).
«Estaba entrando en una nueva etapa de su vida y se cuidaba más. Los años como bulímica habían terminado y estaba comiendo adecuadamente», escribió el chef quien aseguró que evitaba los carbohidratos, así como las carnes rojas.
Se volvió sumamente metódica en todo lo que se refería a las comidas, aunque hacía excepciones cuando tenía invitados.
Para cuidarse la bulimia, la princesa Diana optaba por platos vegetarianos cuando comía sola. No obstante, cuando comía con ivintados con otro tipo de preferencias solía complacerlos, como cuando Clint Eastwood le pidió cordero, que ella también comió.
“La princesa nunca comió mucha carne roja, nunca ternera ni cerdo, y ocasionalmente cordero, cuando estaba ejerciendo de anfitriona de sus invitados, pero la mayor parte del tiempo tomaba carne, pescado o platos vegetarianos», subrayó McGrady.
Sus hijos tenían consentimientos especiales
A pesar de lo metódica que se volvió con la comida para evitar caer nuevamente en bulimia, la princesa Diana sabía que sus hijos: William y Harry, eran tan solo unos pequeños que debía complacer siempre dentro de los límites.
El chef señala que, aunque eran príncipes, los niños tenían paladares infantiles. Así que en sus menús se les permitía incluir pizza, así como palitos de pescado.
“Aun así su madre quería que su dieta fuera equilibrada, así que le solicitaba comidas saludables que tuvieran la apariencia de lo que les solía gustar para que así no se sintieran forzados a comer algo que no les apeteciera”, revela McGrady.
El chef personal de la princesa Diana, aseguró que la royal más querida de todos los tiempos era amante de los dulces. Su postre preferido era el pudin de pan y mantequilla. Solía disfrutar ver cómo lo preparaba su McGrady mientras ellas se comía las pasas de la parte superior.
MacGrady concluye que todo el tiempo que trabajó con la princesa Diana fueron épocas felices. Ella era una extraordinaria mujer que logró dejar la bulimia como un hecho del pasado que no volvería a repetirse en su vida.
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