La novela «Orgullo y prejuicio» es un clásico que no pasa desapercibido y que si eres una romántica empedernida con alma empoderada, seguramente está en tu lista de favoritas. Cuenta la historia de amor del señor Darcy y Elizabeth Bennet, cuya relación ilustra la realidad más profunda del amor al resaltar principios que han perdurado a lo largo de los siglos y siguen vigentes en la actualidad.
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Es una historia que conmueve nuestro corazón, ayudándonos a comprender que el amor es real y significativo y, al mismo tiempo, un desafío que nos lanza la vida y que puede enseñarnos mucho. Si aún no has leído el libro, escrito por Jane Austen, es el momento perfecto para que lo hagas y si no, puedes disfrutar de la película por igual ahora que Netflix la ha regresado a su catálogo.
Estas son algunas de las lecciones que nos da esta gran historia.
Las primeras impresiones no son definitivas
Uno nunca puede olvidar la primera vez que Elizabeth y Darcy se conocieron, cuando asistían a una asamblea en Meryton. Elizabeth escucha al señor Darcy refiriéndose a ella como «tolerable». Lo odiaba pues pensaba que era un hombre consumido por su orgullo, además de que no era posible que alguien fuera tan grosero. No fue hasta más adelante en la historia, donde se revelan los problemas del pasado del señor Darcy y entendemos un poco más su personalidad. Las primeras impresiones a menudo nos dejan con cierta idea de las personas, ya sea buena o mala. No hay que juzgar tan rápido desde el primer encuentro.
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No todas las relaciones comienzan con amor a primera vista
Las películas y libros de amor nos han puesto expectativas muy altas cuando de amor se trata. Creemos que el amor sólo es verdadero cuando es a primera vista pero Jane Austen plantea algo más realista. Ella nos recuerda que el amor rara vez ocurre como en las películas. Si Elizabeth hubiera confiado en las primeras impresiones, estaría con el señor Wickham, y habría perdido por completo el encanto del señor Darcy, quien finalmente era la mejor pareja. ¿La lección? El amor a primera vista está sobrevalorado.
Cuando haces algo por amor, el reconocimiento no es importante
Quizá has visto tus redes sociales llenas de historias de parejas felices que comparten cientos de fotos y logros y te hacen sentir que estás siendo un completo fracaso. Sin embargo, olvidamos que lo que se ve no siempre es la realidad. El amor no es una publicación constante que lo reafirme. En «Orgullo y prejuicio» se ve cómo los pequeños gestos pasan desapercibidos pero son muestra de lo que es el amor más intenso y profundo. No todo se trata del reconocimiento sino de que realmente quieres lo mejor para tus seres queridos. El amor es desinteresado y aplica para una pareja, un amigo o un hermano.
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Deja el pasado en el pasado
Ninguna relación es perfecta; es probable que surjan desacuerdos, pero la verdadera prueba es cómo los manejas. Ni el Sr. Darcy ni Elizabeth se comportan perfectamente todo el tiempo: en su primer encuentro, él se niega a bailar con ella porque ella «no es lo suficientemente guapa» para provocarla. Ambos son muy testarudos y orgullosos. Si no hubieran tenido el coraje de disculparse por los errores del pasado, nunca habrían tenido un final feliz. Ser capaz de hacer el orgullo a un lado, disculparse y superar los obstáculos sin tener en cuenta los rencores pasados es una lección valiosa para una relación duradera.
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Vale la pena esperar por la persona indicada
Existe mucha presión social porque las mujeres tengamos una pareja para realizarnos en la vida. Sin embargo, una de las lecciones en esta historia es que vale la pena esperar. Las hermanas Bennett tienen mucha presión para casarse, por cuestiones financieras pero entre el reloj biológico y sentirse excluidas del resto, hizo que casi terminaran con la persona equivocada. Ya sea que creas en “el indicado” o no, Austen nos recuerda que nunca debemos conformarnos con menos de lo que merecemos.
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