Aunque la princesa Diana se caracterizó por ser una rebelde de la realeza británica y revelarse contra las reglas de la reina Isabel II, ambas tuvieron algunas coincidencias en su estilo y forma de vestir.
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Lady Di ganó la fama mundial y se convirtió en un ícono de la moda por romper los protocolos y llevar atuendo completamente “inadecuados” para la corona británicas, sin embargo cuando se trataba de cumplir con los parámetros de la realeza su estilo era muy diferente.
Por su parte, la reina Isabel siempre llevó atuendos que representaban su fuerte personalidad sin dejar atrás lo que marcaba tendencia en la época de su juventud.
Es por esto que ambas tenían algunas similitudes en su forma de vestir para importantes eventos reales y compromisos que debían cumplir desde sus puestos.
Las similitudes entre la reina Isabel II y la princesa Diana
Aunque se trataba de figuras completamente diferentes, Diana y la reina tenían en común una cosa y esta era la corona. Aunque la princesa no la tenía, pronto su esposo, el príncipe Carlos se convertiría en rey y ella debía cumple un papel mucho más relevante, por lo que sus atuendos se asemejaban más a los que la reina usaba.
Los accesorios elegantes, pero sencillos eran parte del outfit que ambas llevaban. Las perlas siempre eran una buena opción, ya que destacan por su lujo, sin que se vean exuberantes.
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En los eventos formales los vestidos más llamativos, armados y con más detalles de lujos siempre eran los de la princesa o reina. Por lo general combinaban estos trajes con una tiara que las representara e identificaran como figuras importantes.
En este tipo de compromisos, solían ser las invitadas especiales y todas las personas se acercaban a hacer reverencia.
Los accesorios eran muy importantes cuando decidían llevar atuendos con hombros descubiertos, además, estos no debían ser demasiado escotados, pues el protocolo rechazaba mostrar más piel “de la adecuada”. Lo accesorios podrían ser brillantes, pero siempre discretos.
Sin duda, Diana por un tiempo estuvo por el camino de la corona, sin embargo las normas y los conflictos con su esposo hicieron que se convirtiera en el ícono de rebeldía que hoy todos recuerdan.