Para buscar atrapar al público, como efectivamente lo ha hecho hasta ahora al punto de entrar en el top 10 de reproducciones de Netflix a nivel mundial, la serie colombiana El robo del siglo se permitió unas licencias creativas que la separan de la historia real.
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La producción desentraña la fascinante planificación que tuvo un grupo de maleantes para hacerse con el control de una sede del Banco de la República en Valledupar y extraer 24 mil millones de pesos colombianos.
¿Pero cuál es la diferencia respecto a la versión original? Según Bolavip, hubo tres aspectos fundamentales en los que hicieron cambios para darle un toque más dramático. Ya lo avisaba Andrés Parra, su protagonista, muchos de los personajes son ficticios.
«Lo que hicimos fue desarrollar sus aspectos desde la ficción, no solo recrear el robo, que fue un evento muy conocido y con un impacto muy grande, sino también explorar las motivaciones que pudieron tener estas personas», aseguró el director, Pablo González, citado en el mismo medio.
Para lograr este cometido la producción llevó a cabo su propia investigación judicial, con el fin de recrearla lo más exactamente posible y humanizar a los personajes.
«Hay algunos personajes que son amalgamas de dos personas que convertimos en uno solo y la banda de ladrones es mucho más grande que la que vemos aquí», agregó.
Sobre la banda de delincuentes manifestó que se redujo a los personajes esenciales y se le modificaron los nombres. Parte de la inspiración también se obtuvo del libro del periodista Alfredo Serrano Zabala: ‘Así robé el banco: el asalto del siglo XX en Colombia’, publicado en 2008.
Esta miniserie que aborda el atraco más grande en la historia del país sudamericano y uno de los más espectaculares del mundo está disponible en el gigante del streaming desde el pasado viernes 14 de agosto.