Dentro de la realeza hay varios secretos que intrigan a los seguidores de la monarquía. Desde la muerte de la princesa Diana hasta cómo funciona por dentro, de a poco, algunos van saliendo a la luz como el uso de las carteras de la reina Isabel II.
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Porque sí, no las lleva exclusivamente por coquetería o practicidad como cualquier mujer en el mundo. Sus bolsos, en realidad, son una vía de comunicación con su grupo de trabajo y de seguridad en el momento en el que se encuentre.
Muy elegante y discreta, como suele ser, sirven de método para decirles ciertas cosas a su acompañantes según la posición en cual las use y por eso nadie puede tocarlas.
Por ejemplo, si la tiene en el brazo significa que la reunión va muy bien y la pueden dejar terminar. Pero si ella baja la cartera o se la cambia de brazo, significa que terminen la reunión de inmediato porque se quiere ir, reseñó la revista People.
Esto fue confirmado por Capricia Penavic, ex jefa de protocolo de Estados Unidos, quien en su nuevo libro contó que una vez estuvo en la misma habitación con ella y recibió un susto solo por hacer un comentario sobre su bolso.
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«¡Nosotros no tocamos el bolso!, dijo, entonces yo respondí, ‘ok, pido disculpas. Yo nunca lo haría. Pero ¿qué hay en el bolso?, y él dijo, ‘No sabemos que hay en la cartera, pero nunca la tocamos’”, escribió sobre una conversación con un integrante de su equipo.
Esto se hace con la intención de no ofender a las personas con las que se encuentra, por lo que por supuesto, hay señales para diversos momentos.
Otros son si la reina pone su cartera sobre la mesa quiere terminar el evento en los próximos cinco minutos pero si coloca el bolso en el suelo quiere que le rescaten de esa conversación inmediatamente, explicó La Nación.
Pero eso sí, siempre con su bolso marca Launer, su favorita, especialmente si es el modelo traviata en negro.
