Recientemente la película 365 días o 365 DNI en Netflix, se convirtió en la sensación de redes sociales debido sus sensuales escenas y al descubrimiento de su protagonista Michele Morrone, quien interpreta el papel de Massimo en la cinta italiana. Sin embargo, la historia también provocó polémica, debido a su problemática trama en la que una mujer es secuestrada para después desarrollar el síndrome de Estocolmo, enamorándose así de su captor.
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Las razones por las cuales la relación entre los personajes de 365 días es dañina
Al inicio, vemos cómo Laura, una directora de ventas es raptada por Massimo’, un jefe de la mafia siciliana que está obsesionado con ella. Él la lleva en contra de su voluntad a su casa donde planea mantenerla cautiva hasta que se enamore de él.
Si bien es comprensible que después de verla, muchas usuarias de las redes se hayan convertido en fans de la película, lo cierto es que no podemos ignorar que la relación entre Laura y Massimo, si bien es apasionada e interesante, no es nada saludable.
Por una parte, no es correcto romantizar los actos violentos como la violación de la libertad, las relaciones forzadas y el chantaje emocional, todo lo que ‘Laura’ experimenta durante su encuentro con ‘Massimo’. Estas conductas no solo dañan la individualidad y derechos de la víctima, sino que además afectan su salud mental y su autoestima al tratarlo como un objeto del deseo y no como una persona.
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Por otra parte, el síndrome de Estocolmo se presenta como un mecanismo de defensa en algunas personas. Es decir, que no significa que la persona realmente se haya enamorado o haya desarrollado sentimientos por su secuestrador de manera orgánica como en una relación normal, sino que surge como una forma en que la víctima se identifica con el agresor por qué inconscientemente busca su supervivencia. En estos casos, las personas dicen lo que el agresor les dice para evitar ser atacados.
Otro signo común de este trastorno, es que en ocasiones cuando el agresor es amable con la víctima, esta invisibiliza los actos cometidos en su contra, como la privación de la libertad. Esto se debe a una distorsión cognitiva, es decir una interpretación errónea de la realidad que lleva a la persona a percibir el mundo de una manera poco objetiva y disfuncional.
Si bien podemos disfrutar de la película por sus escenas eróticas y por la galanura de su protagonista, es importante tomar en cuenta que es una historia basada en la ficción y que los modelos afectivos que muestra no deben ser celebrados o deseados en la vida real.
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