No se nace siendo experto y Jacky Bracamontes lo sabe. Pero aún así hay una telenovela que la atormenta y prefiere no volver a ver por su mal trabajo: Alegrijes y rebujos, cuando apenas comenzaba en la actuación.
Esta fue una de sus primeras producciones y en los fragmentos se demuestra a una novel Jacky que está aprendiendo los gajes del oficio, pero hoy que es una profesional consagrada, siente un poco de vergüenza al respecto.
«Veo las escenas y me da penita», dijo la oriunda de Guadalajara de 40 años en una transmisión en vivo a través de Instagram junto a Jomari Goyso, según la revista People.
El dramático es de 2003 y 2004, donde le dio vida a Angélica Rivas, abriéndole las puertas a otros proyectos más consolidados: «Las tontas no van al cielo», «Sortilegio» y «El bienamado».
La historia era de corte infantil, producida por Televisa y ahí estuvo con otros reconocidos artistas como Miguel de León, Sebastián Rulli y Diego Boneta.
«La neta veo escenas y digo ‘ay qué mal actuaba’, pero era el primer proyecto. Estaba conociendo la industria, ya había tomado clases de actuación pero no es lo mismo el tomar clases a una realidad entonces sí veo escenas y casi, casi que le quiero adelantar», siguió explicando.
Por este motivo no dudó en calificar que ese ha sido el peor papel que ha interpretado en su carrera actoral mientras que Maribel en «Rubí» (2004), ha sido el más importante.
«Yo estaba en ese momento que sabía lo que quería, que quería hacer novelas, que quería ser protagonista, pero con Rubí y ese personaje de Maribel nació y creció esa pasión y todo el respeto para la actuación», afirmó.
Desde entonces, Jacky Bracamontes asumió la experiencia combinada con la seguridad en sí misma para tomar papeles más importantes.
Te recomendamos en vídeo:
This browser does not support the video element.