El artista Carlos Reggazoni falleció el domingo con 76 años.
Reggazoni, estaba internado en el Hospital Italiano de Buenos Aires, donde llevaba meses luchando con una enfermedad.
Su hijo, el médico y político Carlos Javier Regazzoni lo confirmó en su cuenta de Twitter:
«Se nos fue un grande! Abrazo Pa!», publicó.
El escultor y pintor se caracteriza por sus obras de chatarra reciclada.
Reggazoni, recuperaba piezas en desuso de los ferrocarriles para convertirlas en esculturas de distintos tamaños.
Tenía un atelier en en los galpones y vagones de tren en la terminal ferroviaria de Retiro.
Empezó a estudiar Bellas Artes pero abandonó al primer año para convertirse en autodidacta.
La última gran muestra en Buenos Aires fue en el Paseo de las Esculturas en 2014.
El creador reunió las grandes temáticas de su obra.
Una flota de aviones homenajeaba la Aeroposta Argentina y a Antoine De Saint Exupéry.
Recreó, además el último malón de Azul de 1876, con un cacique montando a caballo dispuesto a la pelea.
Este, estaba acompañado de sus hombres, y un grupo de aborígenes en estado de alerta.
Otra de las grandes pasiones de Reggazoni eran los animales.
El artista llenó el Rancho de los esteros con especies autóctonas de los esteros: avestruces, ñandúes, charitos (un ave) y yacarés.
En 2015, fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad.
En una entrevista reciente se describió así:
«Soy justiciero. Muy, extremadamente, sensible. Autodestrucción. Todo el tiempo hago cosas en contra mío. Peleador. Como dijo una vez un amigo poeta, que ya murió: «Carlos Regazzoni: flaco, anarco, turro y cagador. Cuando hay que serlo». También dijo que sus últimos 30 años tuvieron un solo objetivo: «La búsqueda de la belleza, un desafío a lo desconocido».
