94 años de edad y 68 gobernando se dicen fáciles, sin embargo, han representado el destino de la reina Isabel II que hace poco cumplió años y se mantiene firme como la cabeza de la monarquía británica.
Desde muy joven, a los 27 años, le tocó asumir la batuta luego de la muerte de su padre y desde entonces ha tenido una transformación personal, familiar y por supuesto, física, donde se denota que los años pasaron muy bien por la soberana.
De hecho, su reinado es el más largo del Reino Unido tras superar a su tatarabuela, la reina Victoria.
El tesoro de la juventud
Cuando aún era la princesa Elizabeth era frecuente observarla junto a la ‘Reina madre’, su progenitora también llamada Elizabeth, y su hermana menor, Margarita.
Ambas disfrutaban de actividades como leer, en su residencia del Palacio de Buckingham, durante su adolescencia en el inicio de la década de los cuarenta.
De acuerdo con Milenio, la reina Isabel siempre ha sido amante de los perros corgi. Por eso, en su cumpleaños 18, recibió como regalo una perra de esta raza bautizada Susan.
En su servicio al Reino Unido también puede presumir que en 1945, finalizando la Segunda Guerra Mundial, se unió al Auxiliary Territorial Service, una rama femenina del ejército. Esta fue la primera vez que una mujer de la casa real hacía algo similar.
Asimismo entre sus responsabilidades está la de atender a la Mancomunidad Británica de Naciones, conformada actualmente por 53 países, citando al mismo medio.
En 1953 oficialmente se convirtió en la reina Isabel en la abadía de Westminster, se casó con el príncipe Felipe de Edimburgo y luego se convirtió en madre en cuatro ocasiones.
Como resultado, una vida de entrega y cumplimiento del deber para la reina Isabel Alejandra María, que entregará al príncipe Carlos de Gales tras su fallecimiento.
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