Belcalis Almánzar, mejor conocida en el mundo artístico como Cardi B, sigue brillando en lo más alto de las tendencias en ese ámbito pero también gana cada vez más fans por su belleza, la cual ha repotenciado con algunos retoques estéticos.
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Bien es conocido que las celebridades son amantes de los ajustes en el quirófano para mantener los cuerpos esculturales que se acercan a la perfección y la oriunda del Bronx de 27 años no es la excepción.
A todo riesgo
En efecto, la rapera nunca ha ocultado su vinculación con el bisturí, al contrario, hace unos meses compartió en sus redes sociales las consecuencias que sufrió luego de su última operación, que la llevó a cancelar conciertos.
“Odio cancelar estos shows porque amo el dinero. Soy adicta al dinero y me pagan mucho por estos shows”. Sin embargo añadió que «la salud es la salud, así que tengo que hacer esto, reposar”, en un Instagram Live.
Durante esa ocasión se recuperaba de una liposucción y un aumento de pechos por segunda vez, pero la celebridad tiene otras mejoras como un diseño de sonrisa de 40 mil dólares, que incluyó carillas y refuerzos de porcelana, e inyecciones en sus glúteos que casi ponen su vida en riesgo, de acuerdo al diario La Prensa.
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La artista confesó que se operó los senos por primera vez a los 20 años cuando trabajaba como stripper.
Por esa misma fecha también se inyectó su trasero de manera ilegal en Queens por 800 dólares lo cual resultó muy doloroso y le «dejó goteando líquido por cinco días».
“Miren cómo se me hinchan cada vez que cojo un avión y mi estómago se inflama aún más”, escribió la intérprete de «Taki Taki» sobre sus pies en una oportunidad, aunque luego borró la publicación de las redes sociales.
«Realmente no debería estar actuando porque moverme demasiado va a dañar mi lipo. Mis pechos tienen que curarse«, agregó.
Cardi B aseguró recientemente que no se haría más cirugías luego de sus malas experiencias, puesto que en principio lo hizo para ganar más seguridad en sí misma y convertirse en una estrella exitosa.
