Los primeros días de enero fueron definitorios en la vida de Meghan Markle y el príncipe Harry: decidieron retirarse de la realeza y días después, también renunciaron a seguir usando sus títulos reales.
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La pareja, la cual se desempeñaba como duques de Sussex, tomaron la decisión de vivir su vida aparte, distanciados de la Familia Real y de la atención de la prensa, dedicados a sus propios proyectos y negocios, pero ahora asesores en riqueza ven riesgos en el estilo de vida de Meghan y Harry.
Los riesgos económicos de Meghan Markle y el príncipe Harry
De acuerdo a expertos citados por el portal Market Watch y reseñados por MSN, la pareja no ha realizado movimientos financieros acertados.
La primera acción poco acertada sería la compra de una mansión en Vancouver por 36 millones de dólares canadienses. No la han comprado, pero tendrían el deseo de hacerlo.
«Esa es una bandera roja», escribe Elizabeth Windisch, planificadora financiera de Aspen Wealth Management en Centennial, Colorado, «realmente no pudieron encontrar un hogar agradable y seguro por, digamos, $ 15 millones». «Si es verdad, eso sería una bandera roja», dice Mike Alves, director gerente de Vida Private Wealth en Pasadena, California.
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Esta actitud sería propia de integrantes de familias ricas y no es un buen augurio, según los asesores, porque estarían tratando de tener el mismo estilo de vida, aun cuando ya no dependen económicamente de su familia.
Tampoco ven bien que el príncipe Carlos, padre de Harry, los ayude financieramente el primer año. Ese apoyo significaría «que ninguna de las partes está lista para enfrentar lo que se necesita para ser independiente, y solo está retrasando el tiempo inevitable para enfrentar la situación», agrega Windisch.
Mientras tanto, la pareja suma un patrimonio de al menos 45 millones de dólares y numerosos contactos en el mundo con los que podrían comenzar a trabajar y a ganar el dinero suficiente para no depender financieramente de la Reina Isabel, abuela de Harry.
