Durante años Disney se ha encargado de crear producciones que han encantado a chicos y grandes de todo el mundo. Hoy, las nuevas películas se han transformado, poniendo como protagonistas a princesas poderosas y «Aladdin» tiene la mezcla perfecta.
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«Tangled», «Brave», «Frozen» y «Moana» cuentan con heroínas fuertes e independientes que han marcado una clara ruptura con las tradicionales princesas que soñaban con encontrar a su príncipe azul. Esta nueva apuesta live-action de Disney trae de vuelta una princesa clásica, corregida y aumentada.
De la mano de la actriz Naomi Scott, la princesa «Jasmine» regresa de carne y hueso, como un personaje más complejo, con una mayor profundidad y una motivación con la que el público se identificará a la perfección.
“Quería humanizar a Jasmine, hacerla sentir real de modo que niños y niñas se puedan identificar con ella. Fue más sobre honrar a las mujeres, tuve una relación muy personal con ella y el cómo me hace sentir empoderada. Es un personaje más dinámico y profundo, con una narrativa más retadora y un objetivo más allá del matrimonio o de depender de un hombre para desarrollar su historia” , reveló la actriz en conferencia de prensa, durante su visita por México.
En la cinta animada, «Jasmine» quiere escapar de las paredes del palacio para descubrir el mundo, sin embargo, sabe que parte de su destino está casarse con un príncipe para poder reinar «Agrabah». Y aunque la versión live-action es bastante apegada a lo que vimos en 1992, hay algo que hace que esta princesa rebelde se convierta en una líder digna de respetar y es que su objetivo es convertirse en sultán, sin tener que estar casada con un príncipe.
En 2019, «Jasmine» busca proteger a su gente y hacer lo correcto por ellos, así tenga que pasar por la autoridad de su padre y las normas de «Agrabah». Eso sí, se agradece que su intención no se pierde en un feminismo «forzado» que termina siendo malentendido.
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Jasmine puede ser fuerte y divertirse, pero también puede equivocarse y ser emocional, una mujer multidimensional que no tiene que ser solo una cosa ni apegarse a ningún estereotipo.
Guy Ritchie, director de la cinta, incluyó ‘Speechless’, una canción con la cual Naomi Scott logra una interpretación digna de una nominación al Oscar. Sin duda, la composición del legendario Alan Menken y Benj Pasek y Justin Paul (The Greatest Showman) no pudo tener una mejor voz para darle vida.
«El día que filmamos ‘Speechless’ fue un momento clave para mí porque se volvió algo muy personal. La letra es muy universal y tiene un mensaje muy poderoso. Es la idea de que todos tenemos una voz, no importa quién seas o de dónde vengas, siempre puedes levantarla. De verdad di todas mis energías al grabarla, quería mostrarme enojada y poderosa, no quería que sólo fuera una actuación sino darle el verdadero sentimiento del personaje», afirma Scott.
La película también introduce a Dalia, la mano derecha de la princesa, interpretada por Nasmin Pedrad que sin duda se convertirá en una favorita del público. Por si fuera poco, tanto Naomi Scott como Mena Massoud (Aladdin) pasan a formar parte de una generación que busca abrir las puertas a personajes de diferentes culturas y etnias en los que fanáticos de todo el mundo se verán reflejados.
A pesar de que hoy estamos viendo las mismas historias con las que crecimos, estamos siendo más críticos con ellas porque mientras soñamos junto a «Cenicienta» y la zapatilla de cristal, queremos luchar como «Mulán» entre un ejército de hombres o contra las olas como «Moana».
“Es importante ver mujeres tomando decisiones en pantalla (…) En general, esta idea de que la sociedad muestre cualidades femeninas “débiles” ya no va. Hay muchas mujeres que están alzando la voz y que pueden ser líderes. El que tengan las mismas oportunidades que los hombres es genial. Me encanta hacia donde esta yendo esto”, reveló la actriz.