La nueva serie de Netflix, Bonding a primera instancia podría parecer una comedia adolescente llena de látigos y ropa de látex que muestra la vida de Tiff, una estudiante de psicología que en las noches se convierte en Mistress Mae, una dominatriz que cumple las fantasías más locas de sus clientes, pero también es una historia que habla de la necesidad que todos tenemos de contar con alguien que nos apoye incondicionalmente.
Bonding, Netflix: Una dominatriz con una doble vida
Al inicio Tiff se presenta como una persona fría y autosuficiente que ha encontrado en el bonding una forma de sustento mientras pone en práctica técnicas de terapia que ayudan a sus clientes a desinhibirse y disfrutar de su sexualidad sin preocuparse por las reglas de la masculinidad, sin embargo también descuida las relaciones en su vida pensando que puede manejar todo sola, hasta que se reencuentra con Peter su amigo de la preparatoria.
Peter es un chico gay introvertido demasiado ansioso y preocupado por lo que piensen los demás para hablar con otros chicos y para cumplir su sueño de convertirse en comediante. Cuando ambos se reencuentran en Nueva York, Tiff le propone trabajar como su asistente, a partir de ese momento ambos se darán cuenta de lo mucho que se necesitan.
Tiff aprenderá a confiar en Peter quien genuinamente se preocupa por ella y quiere ayudarla, mientras que Peter ganará la confianza que necesita al estar cerca de Tiff y ayudarla a complacer a sus clientes bajo el nombre de Carter.
Más allá de una comedia irreverente, Bonding muestra la importancia de la amistad en la vida de las personas y cómo nadie por más fuerte y frío que parezca en realidad quiere estar solo.