No es un secreto que a Freddie Mercury le encantaba la música, la moda extravagante y ser el foco de atención sobre el escenario pero hay algo de lo que pocos hablan y es clave en su personalidad: su obsesión por los gatos.
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La devoción de Mercury a sus gatos fue algo muy profundo, los trataba como a sus propios hijos y los convirtió en sus únicos herederos, junto a su gran amor, Mary Austin.
Freddie tuvo a sus dos primero gatos a principios de los años setenta, cuando Mary y Freddie vivían juntos como pareja. Un día, Mary llegó a casa llegó con dos felinos llamados Tom y Jerry que más que mascotas, se convirtieron en los amados compañeros de Freddie.
Después de que Mercury y Austin se separaron, permanecieron muy unidos así que cuando Queen salía de gira, Freddie le encomendaba a Mary la cautelosa tarea de cuidar de ambos gatos. Este llamaba a menudo para ver que todo estuviera bien pero según el asistente personal de Mercury, Peter Freestone, el intérprete le pedía a Mary que pusiera a los gatos al teléfono para hablar con ellos y asegurarse de que estuvieran felices.
Freddie tuvo un total de 10 gatos: Tom, Jerry, Tiffany, Dorothy, Delilah, Goliath, Lily, Miko, Oscar y Romeo. Sus gatos eran su familia», reveló Freestone en su libro de memorias Freddie Mercury además de que también aseguró que el cantante le daba a cada gato su propio calcetín navideño lleno de golosinas y juguetes, como si se tratase de niños.
Por otro lado, en el libro Freddie and Me, Jim Hutton, el hombre que lo acompañó hasta su muerte, cuenta una anécdota cuando el gato Goliath desapareció de la propiedad de Mercury. «Freddie se puso frenético y en profunda desesperación, lanzó una hermosa hibachi [parrilla] japonesa a través de la ventana de una de las habitaciones de visitas y cuando finalmente lo encontraron, Freddie estaba sobre la luna. . . . Durante cinco minutos o más, concentró su atención en el gatito, abrazándolo y acariciándolo. Luego, como una madre, Freddie regañó al gato, gritándole y gritándole a la pequeña Goliath por haberse ido. La oscura bola de pelo se quedó allí sentada, escuchando con calma el arrebato de Freddie y ronroneando en voz alta «.
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En 1985, Mercury llevó su obsesión a otro nivel, cuando lanzó su primer álbum en solitario, Mr. Bad Guy. Aunque no era precisamente un álbum sobre gatos, muchas de las canciones eran sobre ellos. En la dedicatoria se puede leer «A mi gato Jerry, Tom, Oscar y Tiffany y a todos los amantes de gatos en el universo».
En la portada de Innuendo, el último álbum de Queen con Mercury, se muestra una foto del cantante vestido como un bufón, mientras un gato se sienta en cada uno de sus hombros y otro sobre su cabeza. El álbum incluye la canción «Delilah» la cual no está dedicada a una mujer sino a uno de sus gatos.