La música de Queen es una especie de escape a un mundo libre de prejuicios a través de cantos pegadizos. Pero así como Freddy Mercury se convirtió en un ícono para muchos, para la princesa Diana, se convirtió en el cómplice ideal para escapar, literalmente del mundo al que estaba sometida.
El líder de Queen se hizo muy amigo de Lady Di a mediados de los años 80, cuando los ojos del mundo y el acoso de los medios estaban sobre cada uno de sus movimientos.
De acuerdo con las memorias de la actriz y comediante Cleo Rocos, ella, Mercury y la princesa pasaron una tarde entera bebiendo champaña y viendo una maratón de Golden Girls (Los años dorados) en la casa del comediante Kenny Everett.
Diana descubrió que en la noche, Everett, Mercury y Rocos asistirían al bar gay Royal Vauxhall Tavern, en Londres y les preguntó si podía acompañarlos. El grupo se mostró escéptico al principio ya que aquel lugar era conocido por su gran cantidad de gente y sus peleas callejeras y bueno, ella era la princesa de Gales. Era fácil imaginar a los medios acaparar la zona si Diana se encontraba atrapada en medio de una pelea en un bar gay. Sin embargo, la princesa insistió hasta que el propio Mercury dijo «hay que dejar que la niña se divierta».
El grupo ideó un plan maestro: Diana se disfrazaría con el traje de arrastre que Everett planeaba usar esa noche y así pasaría desapercibida. Entre los 3 vistieron a la princesa con una chaqueta militar, gafas de sol de aviador y una gorra de cuero. Rocos describió el atuendo como el de un «modelo masculino gay bastante excéntricamente vestido».
El disfraz fue un éxito. Mercury, Everett y Rocos distrajeron a la multitud de tal manera que nadie se dieron cuenta de que la Princesa Di se dirigía al bar. Además, la presencia de los otros distrajo la atención lo que permitió que Diana pudiera pedir bebidas sin ser detectada. «Tomó un sorbo de vino blanco y cerveza y disfrutó de su libertad» durante los 20 minutos que estuvieron ahí antes de regresar a su casa en Kensington Palace. Era lógico que el grupo no quería abusar de su suerte.
Recientemente se estrenó la película biográfica de Freddy Mercury, titulada Bohemian Rhapsody. El público tenía grandes expectativas y la ilusión de ver los episodios más oscuros de la vida del cantante pero al parecer, se omitieron varios detalles e importantes vivencias entre ellas, la noche que tuvo con la princesa Diana.