La imponente tenista, Serena Williams desbordó de energía y emoción la cancha durante la edición 2018 del torneo de tenis más importante de Inglaterra.
Con unos pocos kilos de más, propios de la maternidad Serena demostró que está más fuerte y decidida que nunca, tras haber superado hace tan solo meses, una dura prueba con su embarazo.
«Han sido 10 meses muy locos. Todavía estaba embarazada en esta época el año pasado. Eso es algo que permanentemente tengo que recordarme a mí misma», declaró la tenista al Daily Mail
Y es que, la llegada al mundo de su hija Olympia comprometió la salud de Serena, quien tuvo que guardar reposo por seis semanas y tras una cesárea de emergencia, su desarrolló coágulos en los pulmones y el abdomen.
Para el mes de mayo, Serena estaba de vuelta a las canchas de los grand slams para participar en Roland Garros, pero una lesión en un músculo pectoral la obligó a abandonar la compentencia.
Llegado el momento del torneo en Wimbledon, la reconocida atleta asumió el reto y pese a que no conquistó el récord de los 24 títulos de Grand Slam, tras caer ante la alemana Angelique Kerber, Serena aseguró sentirse muy satisfecha y hasta soprendida con su desempeño.
«No esperaba hacerlo tan bien en mi cuarto torneo después de 16 meses afuera. Tuve un embarazo realmente difícil y tuve que someterme a múltiples cirugías, casi no lo logro, definitivamente no es normal estar en una final de Wimbledon»