A 23 años de su asesinato, el majestuoso anillo que llevaba Selena Quintanilla en sus últimas horas antes de morir ha vuelto a llamar la atención del mundo por lo que presuntamente simbolizaba y por su desconocido paradero.
Se dice que la joya de 52 diamantes, fue un regalo de Yolanda Saldívar, quien estaba a cargo de su club de fans y quien terminó arrebatándole la vida a la ‘Reina del Tex-Mex’ el 31 de marzo de 1995, en un motel de Corpus Christi.
Según el documental «Murder Made Me Famous», el anillo habría desempeñado un papel importante en el asesinato de la artista, no sólo por tratarse de un regalo de su propia asesina, sino porque el día del incidente, Selena no lo tenía puesto. Al parecer, la reina del Tex-Mex lo llevaba cargando en la mano, lo que denotaba que las cosas no estaban bien con Yolanda. Al momento en que Selena se lo quitó y dijo que ya no la quería ni como amiga, ni como empleada, ni nada, en ese momento la mujer perdió la cabeza y le disparó.
Meses antes de cometer el crímen, Yolanda Saldívar había ido a la joyería de Phillip Randolph con un pedido especial de la cantante pues ésta le había dicho: ‘Si miras un huevo Fabergé, me lo compras’. «Los coleccionaba y solo le faltaba el anillo», dijo en una entrevista para Primer Impacto. Así, Yolanda consiguió la sortija de oro 14 quilates, con tres letras S (de Selena) a cada lado y coronada con 52 diamantes sobre los cuales descansaba un huevo Fabergé en oro blanco.
La incógnita también está en quién pagó por el anillo, pues aunque Saldívar habría utilizado las tarjetas de crédito de Selena para saldar la deuda, de 3,600 dólares aproximadamente, se dijo que era un obsequio de todos los empleados, algo que el principal diseñador de las tiendas , Martín Gómez, desmintió.
Poco antes, la cantante lo había enseñado en una sesión de fotos.