Si hay algo que caracteriza a México, mi país, es la comida. La cocina es todo un ritual en el que intervienen generaciones desde hace mucho tiempo, familias enteras y recetas milenarias de cuando apenas se empezaban a descubrir las riquezas de nuestra gastronomía.
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Hoy, además, estamos festejando un día conmemorativo y patriótico, por eso decidí compartirles un poco acerca de la historia de mis 4 platillos mexicanos favoritos a partir de un artículo que leí hoy por la mañana.
Pozole
Siempre he pensado que no puede haber fiesta mexicana sin el típico y tradicional pozole. Su nombre tiene origen del náhuatl ‘pozolli’ que significa espuma. Se prepara con granos de maíz que al cocerse se abren y lucen como espuma, caldo y carne, además se acompaña con rábanos, lechuga, aguacate, cebolla, orégano, limón y chile de árbol.
El preparado es de origen precolombino y se conoce que antiguamente se preparaba para honrar al dios de la fertilidad, con la carne de algún preso sacrificado. Posteriormente se convirtió en un platillo para las clases bajas, ya que ellos tenían fácil acceso al maíz, la carne se le agregó después, ya que era una alimento exclusivo para los ricos.
Hay rojo, verde y blanco. En lo personal, el rojo me encanta y puedes combinarlo con res, pollo o carne de puerco. Definitivamente no apto para los vegetarianos.
Mole
Nadie viene a México sin irse encantado del tradicional mole poblano, una mezcla de texturas y sabores que hacen una fiesta en tu paladar. Los aztecas lo preparaban para los “gandes señores” bañando en una salsa de cacao con chile para bañar una pieza de pollo o pavo.
Actualmente ya existen más de 50 versiones del mole, pero la original siempre debe llevar chile ancho, cacao y ajonjolí en sus ingredientes principales.
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Si te decides a probarlo, no olvides pedir tu buena porción de arroz blanco para acompañarlo.
Tamales
Son los consentidos de muchos mexicanos sobre todo en determinados festejos como el famoso Día de la Candelaria. Su nombre en náhuatl es ‘tamalli’ que quiere decir envuelto, ya que es un preparado a base de masa de maíz envuelto en hojas de mazorca.
El secreto de un buen tamal está en su relleno, pueden ser dulces o salados y cualquier guisado lleva el sello característico de las manos que lo preparan. Por eso siempre hay una persona en cada familia a quien se le asigna la terea de preparar los tamales en las fiestas.
Chiles en Nogada
Además de ser una delicia súper extravagante, es un platillo que representa mejor que ninguno los colores de nuestro país; el verde con el chile poblano, el rojo con la granada roja y el blanco con la nogada, una salsa de nuez de castilla que le da un sabor único.
Las esposas de los insurgentes fueron las creadoras de esta obra de arte culinaria, en Puebla para celebrar el cumpleaños de uno de ellos Su presentación es fascinante porque en cuanto ves el platillo armado no puedes evitar probarlo.
Cuéntame ¿cuál es tu platillo local favorito?