Como muchos de nosotros, yo conocí Buenos Aires a través del tango. Desde niña escuchaba esas canciones que describían su ciudad natal y aunque no comprendía la mitad de las palabras, en lunfardo, sabía que quería conocer Caminito, Pompeya, “el mar”… Si te gusta el 2×4, toca ir a Buenos Aires a buscar esos lugares que inspiraron sus letras. Te propongo un recorrido por algunos de ellos.
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San Telmo
Coplas del viejo almacén,
El viejo almacén, que ha sido hospicio, hospital y boliche, ha sido cantado por los más afamados letristas del tango muchas veces. Se encuentra en San Telmo, que es uno de los barrios más antiguos, y en su tiempo más lujosos, de Buenos Aires. Lo más famoso de San Telmo es sin duda que aquí “vivía” Mafalda, en la calle Chile número 371, y en la plaza de Chile y Defensa se la puede encontrar sentadita en una banca, mirándonos pasar.
También es famosa la feria dominical de antigüedades, a donde se asiste a buscar curiosidades pero también a escuchar cuartetos callejeros de jazz y tango. Sí, San Telmo sangra milongas que no te puedes perder.
Puerto Madero
Tú quieres más el mar
El mar, que precipita ausencias en las ciudades porteñas, es un tema constante de los tangos. Son pocos los que aluden directamente a Puerto Madero, pues su desarrollo como espacio para la vida nocturna es muy reciente. Actualmente es el barrio más exclusivo de Buenos Aires, la zona más trendy desde los 90, cuando comenzaron a construir aquí bares, rascacielos y universidades.
La Boca
Caminito que el tiempo ha borrado,
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La Boca se ubica en la desembocadura de El Riachuelo, y conserva el ajetreo de los tiempos en que llegaban aquí los migrantes europeos. Caminito es una famosa calle peatonal, muy colorida y turística, donde confluyen pintores, artesanos, bandoneonistas y cronopios. Los fines de semana hay aquí fiestas de arte, baile y poesía, pero cuidado, los restauranteros y tenderos de Caminito están conscientes del atractivo turístico y los precios pueden irse por los cielos.
La Boca es famoso también por ser originario de aquí el equipo de futbol emblemático de Buenos Aires, el Boca Juniors, y su estadio es otro punto que visitar.
Avenida Corrientes
¡Qué triste palidez tienen tus luces!
La nostalgia rioplatense evoca los teatros Politeama Argentino, Apolo y Odeón, donde alguna vez brilló el tango orquesta. En esta importante avenida aún pueden verse comedias musicales, vodeviles y conciertos de tango y rock. La parte más transitada comienza en el cruce con Florida, donde aparecen edificios neogóticos y de art nouveau que alojan boliches, restaurantes y librerías.
En el cruce de corrientes con la avenida 9 de julio se encuentra el obelisco, imperdible gran icono porteño.
Boedo
San Juan y Boedo antiguo
Esta fue mi más grande decepción, porque “Sur” es mi tango preferido, y Boedo resultó ser un barrio muy venido a menos. La esquina donde se encontraba el antiguo Café del Aeroplano es hoy la esquina Homero Manzi, en honor al autor de mi 2×4. Este lugar fue un barrio proletario en sus inicios, donde se crió toda una generación de intelectuales, poetas, músicos y socialistas, casi todos hijos de inmigrantes.
Mantiene, a pesar de su arquitectura humilde, el encanto de las historias que se gestaron aquí, y sí, como dice la canción, la nostalgia de las cosas que han pasado / arena que la vida se llevó / pesadumbre de barrios que han cambiado / y amargura del sueño que murió.