La historia romántica de Nicholas Sparks fue adaptada al cine hace casi una década. La chica pesada, Rachel McAdams, y el aún galán de ensueño, Ryan Gosling, fueron los encargados de darle vida a esta historia de amor en la pantalla grande. Y, como era de esperarse, muchas chicas (incluyéndome) hemos visto el chick flick más de una vez a la fecha.
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Esto, claro, nos ha dado la oportunidad de aprender ciertas cosas de la vida real gracias a la historia. Por ejemplo:
[ADVERTENCIA: Esta publicación contiene spoilers.]
Los besos bajo la lluvia no son tan terribles
OK, esto es algo que dejo a criterio de cada quien. Pero, a decir verdad, esa escena tan dinámica de la película no dista mucho de la vida real.
Besar bajo la lluvia a la persona que amas, a pesar de caer en el cliché y aun si odias la lluvia, puede no ser tan terrible como lo imaginas. Quizá todo sea cuestión de con quién compartas el momento. Quizá no es la acción, sino la compañía.
Ryan Gosling es muy guapo
Así es, desde el 2004, muchas somos las que nos sentimos atraídas por este actor.
Y, más aún, con el personaje de Noah, muchas mujeres se han vuelto fanáticas. Sin embargo, al paso del tiempo, Ryan ha sabido no encasillarse en un sólo personaje.
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Lucha por lo que quieres
Incluso dejando fuera al gran amor de Noah y Allie, encontramos lo mucho que éste trabajo por la casa de los sueños de ella (y, creo yo, también los de él. Aunque fuera un poco). Aquella que decoró tal y como ella la había imaginado cuando la llevo a las ruinas de la misma con la intención de que tuvieran sexo.
Noah no pertenecía a una clase privilegiada en lo absoluto (y es justo una parte importante de la historia). Sin embargo, con todo su esfuerzo, luchó para hacer realidad los sueños de Allie. Y, aun si esto no fue para nada un capricho propio, nos demuestra que en las cosas son posibles. Sólo que tal vez debamos de trabajar un poco en ello.
No pongas al dinero antes que al amor
Sí, sonará muy cursi, pero por conveniencia propia casi siempre hacemos justo esto.
El dinero, el poder y la “estabilidad” o el estatus nunca serán superiores a los deseos de estar con aquella persona que te complementa, que te entiende y que te libera de ti mismo. Aunque a veces nos empeñemos en pensar superficialmente.
Si amas a alguien, díselo
Noah le escribió 365 cartas a Allie.
Afortunadamente, ahora existen los mensajes de texto, el e-mail e incluso las menciones en Twitter. Acéptemoslo: no hay excusa para que una persona no se comunique contigo si es que verdaderamente tiene el interés.
Pero en caso de que sí lo haya, bueno, he aquí un consejo: hazlo. Siempre será mejor decirlo que callar.
Y, además, toma a Allie y a Noah, por ejemplo. Piensa en todos los obstáculos que su amor se hubiera evitado si Allie hubiera recibido esas cartas.
El “amor” sí existe
Le pese a quien le pese, existe cierto sentimiento “bonito” en enamorarse de una persona. Incluso aun a pesar de que las mujeres nos hayamos vuelto escépticas ante la vulgaridad machista con la que algunos hombres expresan su deseo sexual. (Muchos. Y es muy triste.)
Tal como la historia de Allie y de Noah, en la vida real nos topamos con parejas que, si bien no son “felices para siempre,” al menos son felices. Y punto.
(Incluso si nosotros no logramos entender la manera o el porqué.)
Si un amor para toda la vida está destinado a ocurrir, ocurrirá de cualquier manera
Sólo tendrán que esperar años, ella te dejará por otro hombre, el padre de él morirá, tendrás que invitar a comer a su ex amante, te darás cuenta de que tu madre dejó al amor de su vida por tu padre a cambio de mero interés y, por si fuera poco, morirás con demencia. Pero eso sí: al lado del gran amor de tu vida.
Así que paciencia.