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¿De vacaciones juntos? ¡Cuidado! Puede ser el principio del fin

La nueva realidad de pasar todo el tiempo juntos, sin posibilidades de “escaparse” el uno del otro, como sucede el resto del año, hace que las ansiadas tres “D” vacacionales (descansar, divertirse y desconectar) se conviertan en las tres “D” del malestar: discusiones, decepción e incluso divorcio

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Imagen: Getty

Llegan las vacaciones y muchas parejas se disponen a aprovechar la ocasión para compartir buenos momentos, como si fuera un oasis de disfrute al que llegaran después de cruzar ese territorio erizado de ajetreos, actividades y compromisos que suponen las rutinas laboral y doméstica.

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Pero más pronto que tarde, la nueva realidad de pasar todo el tiempo juntos, sin posibilidades de «escaparse» el uno del otro, como sucede el resto del año, hace que las ansiadas tres «D» vacacionales (descansar, divertirse y desconectar) se conviertan en las tres «D» del malestar: discusiones, decepción e incluso divorcio

Al compartir más tiempo, lejos de la rutina de horarios y compromisos laborales y escolares, «es cuando se convive realmente y surgen los problemas porque cada uno se muestra tal cual es», explica la psicóloga Helena Trujillo, psicoanalista de la Escuela Grupo Cero y especialista en terapia de pareja (www.htpsicoanalisis.com).

Según la experta, la mejor manera de garantizar unas buenas vacaciones juntos consiste en «hablar de los temas más conflictivos y cuidar las bases de la relación: el cariño, la conversación y el sexo».
Además –según señala la experta en su blog (http://es.paperblog.com/users/heltrujillo) es necesario consensuar dónde y cómo se quieren pasar las vacaciones, a ser posible combinando y respetando los gustos de cada uno.

En opinión de esta psicóloga «hay que aprender a ser tolerantes y respetuosos, no agobiar a la pareja con nuestras cosas ni querer pasar las veinticuatro horas juntos», para compensar que durante el resto del año apenas se vean.

Asimismo indica la especialista que «cada miembro de la unión debe disponer de su parte de tiempo libre para cultivar sus aficiones. Esta es la mejor manera de disfrutar de estos días y evitar enfrentamientos, ya que se eluden tensiones innecesarias».

Para evitar que las disputas estallen o que sean muy tensas, Helena Trujillo aconseja «comunicar lo que no gusta o molesta antes de que sea demasiado tarde», ya que «el otro componente de la pareja no es adivino, así que debemos ayudarle a que nos entienda».

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Durante las vacaciones «algunos hombres empiezan a sentirse aburridos y tienden a implicarse poco, otros empiezan a hacer planes aparte, los hay que necesitan más actividad (excursiones diarias, deportes…), de acuerdo a la psicóloga María Jesús Álava Reyes (www.mariajesusalavareyes.com).
Por su parte, «las mujeres empiezan a cansarse de llevar, de nuevo, todo el peso de la casa, de no sentarse a hablar despacio con la pareja de temas pendientes, de los problemas de los hijos…», según esta experta que es autora del libro «Amar sin sufrir».

Para Álava Reyes las vacaciones también son «la época en la que se constatan los defectos y carencias que existen en la relación», así como «las conductas que pasan inadvertidas en la vorágine de la vida diaria».

Fuente: EFE  

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