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Este episodio traumático lo superó a través de la restauración interior, inspiración que la llevó a realizar 30 trabajos que llevan por título el acertado título “Resiliencia”, capacidad de una persona o grupo para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves.
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Soledad, comenzó a utilizar la pintura para retratar la experiencia que al igual que ella habían vivido otras víctimas de la violencia. Siendo además un recurso de denuncia, y un proceso de reconstrucción personal, espiritual y de experimentación.
Con una paleta que va desde los colores encendidos y osados, etapa lúdica que no solo fue de experimentación y un ejercicio plástico, sino que también fue un momento de terapia y de encontrar en la pintura y el collage infinitas posibilidades de recomposición.
La mujer y las diferentes etapas de fertilidad forman parte del lenguaje y la simbología de la artista. En esta exhibición estas féminas son destacadas gracias a la utilización de colores intensos y la eliminación de recursos anexos. También buscó en flores y floreros una forma poética y una evolución que transformó una experiencia de dolor en “Resiliencia”, donde aprendió a recomponer su vida.
“Existe una experiencia y búsqueda del goce, solo por la búsqueda del placer”, señala Soledad. Una forma de transformar el dolor en belleza y que ahora podemos apreciar.