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Paul Hindemith compuso “Los 4 Temperamentos” por un encargo del coreógrafo George Balanchine. Esta pieza musical, creada para la danza, propone un tema al que siguen cuatro variaciones, cada una en su “temperamento”; melancólico, sanguíneo, flemático y colérico. Cuatro colores, cuatro humores y cuatro elementos fundamentales asociados: la tierra, el agua, el aire y el fuego.
“Los cuatro Temperamentos” es, según explica Araiz, un ballet que aunque aparentemente parece abstracto está muy apoyado en una narrativa que tiene que ver con el cuerpo. El coreógrafo sigue la teoría de Hipócrates para, a partir de ella, retomar por su cuenta esta visión cosmogónica del hombre y del equilibrio que necesita hallar entre estas cuatro fuerzas.