La artista argentina y curadora de arte, Marisa Caichiolo (43), se encuentra en Chile en el contexto de los 15 años de Arte Al Límite siendo la curadora de la muestra “Colección Al Límite, Sin Límites”, con más de 100 obras de artistas de gran trayectoria provenientes de 60 países que se exhibe en la sala de arte de Fundación Telefónica hasta el 5 de noviembre.
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Marisa estudió Historia del Arte y tiene un Doctorado en Psicología en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Lleva 20 años viviendo en Estados Unidos y trabajando por el desarrollo del arte contemporáneo. Es parte del directorio en Building Bridges Art Exchange (BBAX) con sede en Los Ángeles. También está dentro del equipo de Now Art LA, una fundación de arte urbano que colabora con creadores que buscan pintar en California. La curatoría de exposiciones se ha convertido en su especialidad durante los últimos años habiendo trabajado en Museum of Contemporary Art Sharjah (Emiratos Árabes), Centro de Arte Contemporáneo de la República Checa (Nueva York), AMA Museo de las Américas OEA (Washington), entre otros.
Sin duda, es una mujer que conoce un amplio circuito de arte a nivel mundial. Conversamos con Marisa sobre cómo ve la participación femenina en esta área, cuáles son los factores claves para crear una exposición, la situación en EEUU para los inmigrantes (uno de sus temas favoritos en sus selecciones) y claro, nos recomendó a una artista latinoamericana que está dando que hablar en el mundo.
-Cuéntame un poco lo que está pasando en EEUU con el feminismo y el arte…
Yo creo que ahora lo que está pasando con Trump generó una contraposición y el resurgimiento del feminismo, no quiero decirlo así, en realidad del poder de la mujer. Del poder que sabemos que tenemos en sociedad.
-¿Por qué no lo quieres llamar feminista?
A mí me gusta mucho polarizar, me gusta siempre tratar de encontrar el término medio entre lo racional y lo emocional porque me parece que llevarlo al extremo no es bueno.
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-Es extraña tu opinión porque también el arte es radical…
Es radical, pero creo que uno puede tener un enfoque y una postura sin ser extremadamente radical. Hace 20 años que vivo en EEUU y la candidatura y posterior elección de Trump generó todo un acontecimiento de alzamiento femenino. Incluso se han realizado muchas marchas tanto en New York como en Los Ángeles porque la costa oeste está muy poderosa y fuerte contra el presidente.
-¿Desde el arte existe un pronunciamiento?
Obviamente que siempre hay artista más activistas, polémicos y comprometidos con una realidad social y política, pero eso no quiere decir que tengan obras mejores o peores que otras.
-¿Alguna artista mujer que quieras destacar en esta temática?
Si, hice una curaduría que me interesa mencionar porque está muy activa. Es una artista chicana llamada Linda Vallejo que está trabajando su obra con todo lo que es Data. Viene en esto desde hace muchos años, pero ahora está en el momento exacto por la temática de los latinos inmigrantes en Estados Unidos. Trabaja con imágenes que están hechas en puntos o pixeles donde cada uno de ellos entrega información para la gran obra, por ejemplo hay una mujer desnuda embarazada que está hecha con puntos que aportan la data del embarazo de mujeres solteras latinas que viven en USA. Hay otra obra llamada “The Brown dot” que detalla la cantidad de latinos con VIH, los que aceptan el matrimonio gay y los que no, etc.
-En general, el activismo femenino siempre es bastante inclusivo…
Por eso mismo la destaco a ella porque justamente tiene esto de la inclusión de la parte latina dentro de Estados Unidos.
-¿Es esta una forma de acercar el arte al ciudadano común?
Claro, es más probable que las personas se sientan reflejados en la obra porque se trata de ellos, es una interpretación de su realidad.
-Veo que en ti hay un interés especial con la mujer en el arte…
Yo también soy artista, trabajo con video, instalaciones y performances. Llevo 20 años en Estados Unidos, pero obviamente sigo siendo una latina inmigrante y mujer, entonces cumplo con características que en este momento son complejas en ese país. Pienso en lo que nos pasa como mujeres con esta realidad, en cada una de mis muestras hay un grupo importante de mujeres con una voz prominente que tenga fuerza y que esté representando a la mujer y su discurso en el arte contemporáneo.
-¿Existe alguna diferencia entre la expresión de la mujer y la del hombre en el arte?
Yo creo que no, y a eso voy con lo de la radicalización. Mi sueño es que no haya una cuestión de género, Uno cuando está parado en frente de una obra no sabe si la hizo una mujer o un hombre. Y en general nos podemos equivocar si no sabemos quién la hizo. La fuerza, el discurso y la temática no tiene nada que ver con el género. Eso está impuesto por la sociedad y su miedo a la mujer y su poder. Debe haber una igualdad absoluta para que se genere un dialogo más enriquecedor.
-En “Colección Al Límite, Sin Límites”, ¿cómo hiciste la selección?
La selección está basada en la calidad matérica, estética y conceptual. Ni en el género, ni en que haya una temática pura y exclusiva, tratando de conciliar y generar un balance entre los materiales, estética, concepto y la práctica artística.
-¿Cuál o cuáles son los conceptos que quisiste destacar en esta curatoría?
En la primera sala está la identidad, con muchas obras figurativas, mucho retrato y cuerpo. Después pasa a algo más social y crítico que cuestiona lo que está pasando. Luego es un concepto mucho más arquitectónico, más lúdico. Hay un cierto recorrido donde los artistas dialogan en el mismo lenguaje.
-En Chile existe una sensación muy fuerte del elitismo en el arte, no se llevan exposiciones a la periferia, poco a regiones…
Pasa en todo el mundo, mi discurso curatorial no tiene nada que ver con lo elitista, intento no enfocarme en el esnobismo ni siquiera utilizando las mismas palabras técnicas donde la mitad del espectador no entiende nada de lo que se está diciendo. El reflejo de eso es hacer sentir mal, los haces sentir inferiores. Mi práctica no es esa, al contrario es invitar a la comunidad en general a dialogar con un artista que está teniendo un discurso interesante y que va a generar una serie de preguntas desde el espectador que lo hará crecer. A partir del discurso curatorial puedes integrarlos o dejarlos fuera por una cuestión de esnobismo y elitismo que es muy popular en el arte contemporáneo, por eso trabajo hace 11 años en una fundación sin fines de lucro. Por ejemplo, el gobierno norteamericano está sacando la educación artística de las escuelas, entonces nosotros tenemos un programa de educación gratuita para los niños y jóvenes. Si tenemos una muestra internacional el artista también va a hacer esta labor que son principalmente charlas para que todos tengan acceso. Para que puedan despertar preguntas en los jóvenes.
-Creo que el esnobismo en el arte está pasado de moda. ¿Qué opinas?
Si eso ya fue, hay una generación, de artistas, de coleccionistas (jóvenes) e interesados amantes del arte generan una apertura y algo mucho más flexible que este grupo que sigue vigente y que está en una elite. Se van disolviendo lentamente por capas, en EE.UU. se siente muchísimo.
-¿Crees que el arte urbano ha ayudado a este cambio de perspectiva?
Por su puesto, porque el artista sale de su estudio y va a las calles, genera un discurso y un diálogo con el espectador de manera gratuita. Nos proporciona una mirada totalmente distinta. Es una búsqueda de un diálogo que antes era fuera de contexto y que ahora está totalmente dentro de contexto. Por ejemplo, yo estoy como directora de una fundación “Now Art LA” que es puramente de arte urbano son artistas de todo el mundo a quienes se les consigue espacio en la ciudad de Los Ángeles para ir a hacer su trabajo de manera gratuita. El arte urbano es una nueva plataforma, un trabajo discursivo muy importante y tiene mucho más poder porque lo estás viendo a diario tú y millones de personas.