Una vez que has marcado tu futuro en la papeleta, una tradición tan arraigada como el voto mismo te espera: ¡el festín callejero! Los alrededores de los recintos electorales se transforman en una explosión de sabor, donde emprendedores locales despliegan sus mejores armas gastronómicas para deleitar a los votantes hambrientos (¡y felices de haber cumplido con su deber!).
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No importa en qué rincón del Ecuador te encuentres, la diversidad de nuestra tierra se refleja en cada bocado. Si estás en la majestuosa Sierra, prepárate para sucumbir a la tentación del cuero crujiente del hornado o la jugosidad de la fritada, manjares que reconfortan el alma después de una mañana de civismo.
En la alegre Costa, el ambiente se impregna del humo delicioso de los pinchos a la parrilla, los granos tiernos del choclo asado y el dulzor reconfortante del maduro con queso, además también se disfruta de tradicionales encebollados. Y para combatir el calor característico, ¡las opciones refrescantes son infinitas!

Aventurándonos en la exuberante Amazonía, el misterioso y delicioso maito te espera envuelto en hojas, revelando sabores únicos que te transportarán al corazón de la selva.
Así, las elecciones se convierten en mucho más que un acto cívico. Son una excusa perfecta para compartir momentos especiales con amigos y familiares, disfrutando de la riqueza de nuestra gastronomía. ¡Porque votar con el estómago lleno siempre es una mejor idea!