En el vibrante mundo de la comunicación corporativa y las relaciones públicas, donde la imagen y el mensaje lo son todo, resuena con fuerza el nombre de Maluly Oliva.
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Con una trayectoria que supera las dos décadas, esta quiteña de espíritu joven y mente brillante, actual Gerente de Comunicación Corporativa de Banco Guayaquil, personifica la elegancia profesional aderezada con una contagiosa pasión por lo que hace.
Al escucharla hablar, uno percibe de inmediato que para Maluly, su trabajo no es una simple ocupación, sino una verdadera vocación.
“En este medio tengo más de 20 años de experiencia, casi los mismos que mi edad”, comenta con una sonrisa que denota orgullo y disfrute. “He pasado por diversos sectores empresariales, y mi trabajo me sigue apasionando como el primer día. Creo que esa es la clave para disfrutarlo tanto”.
Pero la vida profesional de Maluly es un lienzo con múltiples pinceladas creativas.
Paralelamente a su exitosa carrera en el ámbito corporativo, despliega su talento como escritora y guionista.
“Mi primer trabajo fue como guionista, y he seguido activa en televisión, teatro y plataformas digitales. Esta faceta creativa se complementa de maravilla con mi trabajo empresarial, donde la innovación y la originalidad son fundamentales en cada proyecto”, explica, dejando entrever cómo su mente ágil y visionaria navega con soltura entre estrategias de comunicación y narrativas cautivadoras.
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“Prefiero que me digan intensa a que me digan tibia o apática”
Quienes trabajan con Maluly destacan su energía arrolladora y su compromiso inquebrantable. Ella misma lo reconoce con gracia: “Prefiero que me digan intensa a que me digan tibia o apática. A veces, quienes te tildan de intenso en el fondo quisieran tener esa misma energía para alcanzar sus metas”. Y es que para Maluly, la intensidad no es un defecto, sino el motor que la impulsa a hacer que las cosas sucedan, a superar las expectativas y a convertir los desafíos en logros palpables. “Tengo un sueño y me ‘intenso’ a mí misma hasta conseguirlo”, afirma con determinación.
Mantener viva la llama de la pasión durante más de dos décadas no es tarea fácil, pero Maluly tiene su propia fórmula: cultivar la relación con su trabajo como si fuera un vínculo personal.
“Así como en cualquier relación, hay que mantener viva la llama. La creatividad es un componente esencial, es esa forma distinta de hacer las cosas, de salirse del molde”, reflexiona.
Hay que buscar constantemente la inspiración
Para ella, la clave reside en la constante búsqueda de inspiración, en nutrirse de conocimiento y en no temer a los cambios si el entorno ya no alimenta esa chispa inicial. “Si sientes que tu relación con tu trabajo ya no te inspira, es válido buscar nuevos horizontes para reiniciarte”, aconseja con sabiduría.
En un contexto donde la mujer ecuatoriana sigue abriéndose camino en el mundo profesional, Maluly se erige como un referente de empoderamiento y liderazgo femenino.
“Creo que la mujer se ha fortalecido a través del conocimiento, buscando llegar a donde quiere por mérito propio”, opina con convicción. Destaca las cualidades innatas de la mujer, como su capacidad multitasking y su rol de proveedora de contención emocional, como ventajas competitivas en el ámbito empresarial.
“Aunque siempre hay camino por recorrer hacia la equidad, se ha avanzado mucho. Hoy vemos muchas mujeres no solo presentes, sino activas y dejando su huella”.
Conciliar una carrera demandante con la vida familiar es un desafío constante para muchas mujeres. Maluly, madre de dos hijos adolescentes, comparte su perspectiva con autenticidad.
“¿Mujer 24/7, 6, 5, 4... totalmente!”, exclama con una risa cómplice. “Me siento orgullosa de haber logrado priorizar y no faltar en lo trascendental. Mis hijos han crecido entendiendo que su mamá es proveedora y tiene un rol económico importante en la familia”. Para ella, no se trata de sacrificio, sino de motivación y de un vínculo de amor que permite que todos entiendan las prioridades en cada momento.
Actualmente, Maluly continúa dejando su impronta en Banco Guayaquil, donde busca “hacer una revolución” y plasmar su sello creativo en cada proyecto comunicacional.
Pero su pasión trasciende el ámbito corporativo. “Paralelamente, no dejo de plasmar mi creatividad con una perspectiva muy femenina. Me encanta crear obras de teatro, series de televisión y digitales con un marcado enfoque de género”, revela con entusiasmo.
Su compromiso con el empoderamiento femenino se extiende incluso a su tesis de maestría, una plataforma de mentoría creativa para mujeres escritoras. “Me encanta acompañar a las mujeres a que cuenten sus historias, a que dejen su legado en el formato que se sientan cómodas”.
Con una generosidad palpable, Maluly se define como una mentora y compañera que busca potenciar las capacidades de otras mujeres, lejos de la competencia. “Siempre he creído en el complemento. Admiro las habilidades de otras mujeres y creo que juntas somos más fuertes”, afirma con una calidez que irradia su personalidad.
Maluly Oliva es mucho más que una exitosa gerente de comunicación. Es una mujer apasionada, creativa, resiliente y elegante, que ha sabido construir una trayectoria brillante sin renunciar a sus múltiples facetas.
Su historia es un testimonio inspirador de cómo la pasión, la dedicación y la autenticidad pueden abrir puertas y dejar una huella imborrable en el mundo profesional y más allá. En el competitivo escenario de la comunicación corporativa ecuatoriana, Maluly brilla con luz propia, demostrando que la elegancia y la intensidad pueden ser las mejores aliadas para alcanzar el éxito.