Ivonne Garzón, una artista ecuatoriana que ha dedicado su vida al arte y la publicidad, ha encontrado en la pintura de mandalas un proceso profundo de sanación. Madre de cuatro hijos y publicista durante más de 20 años, su carrera la llevó a experimentar altos niveles de estrés y presión, culminando en una crisis emocional que incluyó un infarto a la edad de 32 años. Este suceso marcó un punto de inflexión en su vida, llevándola a explorar nuevas formas de equilibrio emocional.
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A partir de este momento, Ivonne inició un viaje de sanación personal, y fue entonces cuando los mandalas entraron en su vida. Comenzó a pintarlos como una forma de liberar emociones reprimidas, describiéndolos como figuras circulares que ayudan a calmar la mente y el alma. Los mandalas, con raíces en culturas ancestrales como el budismo y el hinduismo, se convirtieron para ella en una herramienta terapéutica esencial, ayudándole a encontrar paz interior y recuperar su bienestar emocional.
Para Ivonne, pintar mandalas es una forma de meditación activa. Cada trazo y cada color se convierten en un medio para conectar con su inconsciente y procesar emociones profundas. Esta práctica, que describe como accesible y económica, le ha permitido no solo sanar sus propias heridas emocionales, sino también compartir su experiencia con otros. A través de su primer libro, El Arte de Pintar y Encontrar Paz, Ivonne no solo logró conectarse con personas en Ecuador, sino que su trabajo ha llegado a diversas partes del mundo. Este libro, hoy un best-seller en el ámbito del arte-terapia, es una referencia para quienes buscan alivio emocional mediante la creación artística.
Ivonne también ha ampliado su oferta de libros, publicando varios títulos más, incluido uno dedicado a los adultos mayores, un grupo que, según ella, se beneficia enormemente del arte-terapia para aliviar la ansiedad y el estrés asociados con la jubilación. Su proyecto actual se centra en un nuevo libro para este segmento de la población, demostrando su compromiso con el bienestar emocional a través del arte.
Además de su labor como autora y pintora, Ivonne comparte su filosofía de vida y su amor por el arte-terapia en redes sociales bajo el nombre “Kidala”, un proyecto que abarca no solo mandalas, sino también su vida familiar, mostrando cómo el arte puede integrarse en la cotidianidad para mejorar la calidad de vida. En su cuenta, ofrece tutoriales, consejos y una visión positiva de cómo manejar el estrés mediante la creatividad.
Ivonne invita a todos, desde niños hasta adultos mayores, a experimentar con el arte-terapia, animándolos a descubrir un camino de paz y sanación. Para ella, los mandalas no son solo una forma de arte, sino una herramienta transformadora que ha impactado su vida y la de miles de personas en todo el mundo.
