Diana Dávila Robles es odontóloga y tiene 26 años. Ella ha decidido llevar su amor por la naturaleza y su compromiso ambiental a un escenario distinto: el certamen Reina San Francisco de Quito.
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Su motivación para participar nace de una conexión profunda con los ríos, las quebradas y el entorno natural de Quito. Este amor por el medio ambiente la impulsó a desarrollar Acción Eco-Quito, un proyecto enfocado en la recuperación de los ríos y quebradas contaminadas en la capital ecuatoriana.
“Quiero ser la voz de esos ríos y quebradas que no pueden hablar”
A través de la Fundación Reina San Francisco de Quito, ella busca llevar su mensaje a un público más amplio y generar un verdadero cambio.
Diana explica que Acción Eco-Quito tiene como objetivo no solo limpiar los espacios naturales, sino también educar a las comunidades sobre su importancia.
Una de las principales estrategias del proyecto es involucrar a los jóvenes de los colegios cercanos a las quebradas, convirtiéndolos en “agentes de cambio”. “Quiero que estos jóvenes se transformen en líderes, que transmitan a sus padres y a las próximas generaciones el valor de cuidar el medio ambiente”, afirma.
Además, planea organizar ferias ambientales en barrios, donde enseñará a los vecinos sobre el papel crucial de las quebradas y los ríos, su función y las causas de su contaminación.
Su inspiración y guía en esta lucha por la conservación es un joven activista llamado Francisco Vera, un niño reconocido en redes sociales por su defensa de los espacios verdes y su compromiso con un futuro sostenible.
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Diana admira profundamente la pasión de Francisco y aspira a seguir sus pasos, demostrando que la edad no es un límite para generar impacto.
Residente de la Mitad del Mundo, Diana se enorgullece de vivir en este icónico lugar, cuyo monumento se ha convertido en una visita obligada para familiares y amigos que llegan de fuera.
Sin embargo, su verdadera inspiración para Acción Eco-Quito nació al observar cómo la quebrada cercana a su hogar se llenaba de basura. Tomando acción, organizó una minga con sus vecinos, limpiaron el área y colocaron señalización para proteger el espacio.
Hoy, esa quebrada es hogar de un hermoso huerto comunitario, testimonio vivo del compromiso de Diana y sus vecinos. “Tengo un amor profundo por la naturaleza”, nos dijo en esta entrevista.
Con cinco años dedicados a la preservación de ríos y quebradas, Diana también disfruta de los encantos de su ciudad natal. Confiesa que su lugar favorito es el Centro Histórico de Quito, donde la tradición y el pasado cobran vida, y se declara fanática de los higos con queso, un clásico quiteño.
Cuando le preguntamos a Diana sobre una palabra muy quiteña que ya no se escucha tanto, nos mencionó “guagua”, un término que, aunque se usa menos, sigue siendo parte del espíritu de Quito y de su cultura local.
Finalmente, la candidata nos recuerda que el cambio comienza en casa, con pequeñas acciones que se convierten en inspiración para toda una comunidad. Como candidata a Reina de San Francisco de Quito, no solo representa la belleza de su ciudad, sino también la esperanza de un futuro más verde y consciente para todos los quiteños.
