A medida que el año 2024 finaliza, Quito se prepara para despedir a una de sus Reinas más queridas: Camila Becerra. Con un profundo sentido de gratitud y emociones encontradas, Cami reflexiona sobre su tiempo como soberana de la capital del Ecuador, un papel que ha marcado no solo su vida, sino también la de muchas personas en la ciudad.
En un cálido diálogo con Nueva Mujer, Cami comparte sus sentimientos sobre el cierre de esta etapa. “Estoy muy feliz y emocionada. Siento que he cumplido mis propósitos y objetivos”, expresó. Sin embargo, también reconoce el peso de la responsabilidad que conlleva su título: “Mi deber ahora es apoyar a las nuevas candidatas y culminar mis proyectos”, comentó, aludiendo a un último mes lleno de actividades significativas.
Un año de sacrificio y conexiones
Durante su reinado, Becerra conectó con diversas realidades sociales. Desde trabajar con niños en situaciones vulnerables hasta interactuar con adultos mayores y personas con discapacidad, cada experiencia ha dejado una huella imborrable en su corazón. “Lo que más me llena es haber podido ayudar, aunque sea un poco, a mejorar la vida de los demás”, dijo, destacando la importancia de la empatía y el servicio.
La quiteña también reflexiona sobre los sacrificios realizados en su vida personal. “Puse pausa a mi carrera profesional y pasé menos tiempo con mi familia y amigos. Ha sido un año de entrega total a la confianza que pusieron los habitantes de mi bella ciudad”, admitió. Sin embargo, la recompensa ha sido inmensa: “He recibido mucho cariño de la gente y eso es algo que atesoraré toda mi vida”.
Mirando hacia el futuro
Con el final de su Reinado a la vista, Cmi, como la llaman de cariño, ya tiene planes para su futuro. “Quiero seguir trabajando en mi fundación y continuar con la acción social, que es algo que me apasiona. También espero retomar mis estudios y volver a trabajar en mi profesión”, compartió. Este deseo de seguir contribuyendo a la sociedad refleja su compromiso con la comunidad.
Además, dejó un mensaje inspirador para las futuras reinas de Quito: “Ser genuinos y recordar que ser Reina significa tener un don de servicio”. Para Becerra, la esencia del reinado radica en la capacidad de conectar con las personas y hacer una diferencia en sus vidas.
Un legado que perdura
Mientras se prepara para entregar su corona, Camila se despide con la certeza de que ha dejado un legado de amor y dedicación. Su experiencia la ha transformado, y se lleva consigo una nueva perspectiva sobre la vida y el agradecimiento. “Quiero seguir compartiendo el mensaje de que, desde cualquier lugar en la vida, podemos ayudar a alguien”, concluyó.
El 2024 marcará el final de una etapa, pero también el comienzo de nuevas oportunidades para la joven soñadora. Su historia, llena de sacrificio y conexión con la comunidad seguirá inspirando a las futuras generaciones en Quito.