En el corazón del centro histórico de Quito, el Hotel Plaza Grande, ofrece una propuesta gastronómica que honra las raíces culturales de nuestro Ecuador. Conversamos con Darío Gualoto, gerente del hotel, quien nos compartió la visión detrás de su carta, donde los sabores de la gastronomía ecuatoriana son realzados con un toque de historia y tradición.
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Uno de los grandes protagonistas en el Hotel Plaza Grande es el helado de paila, un manjar que evoca la nostalgia de la infancia y revive un ritual ancestral. Darío nos cuenta que, en tiempos pasados, estos helados se preparaban con hielo traído de los nevados, sobre el cual se colocaba una cama de paja y, encima, una paila de bronce con pulpa de fruta. Con movimientos enérgicos, se lograba este delicioso postre, cuya preparación ha sido cuidadosamente preservada en el hotel.
Pero la experiencia va más allá del sabor; en Plaza Grande, el helado es servido por un personaje inspirado en el emblemático cucurucho, figura central en la procesión de Jesús del Gran Poder durante el Viernes Santo. Este personaje, vestido con su característico traje morado, descalzo y con espíritu devoto, ofrece el helado a los comensales, creando un momento inolvidable.
Entre los postres estrella del hotel, destaca el “Solsticio Ecuatoriano”, una crepe que reúne los sabores de todas las regiones del país. Es así como la Costa ecuatoriana es representada con un helado de cacao al 56%, pasando por la Sierra con helado de mora y mortiño, la Amazonía con helado de hierbas y guayusa, hasta llegar a las Islas Galápagos, representadas por un helado de frutas exóticas.
Este postre es presentado por un personaje inspirado en el diablo huma, símbolo de las fiestas del Inti Raymi, la celebración andina en honor a la cosecha.
La experiencia de disfrutar un helado en el Hotel Plaza Grande va acompañada de música tradicional ecuatoriana, creando un ambiente que transporta a los comensales a un Ecuador de antaño. Darío también destaca la selección de sabores, que incluye clásicos como guanábana y mora, recordándonos aquellas tardes de infancia en el centro de Quito, así como opciones más exóticas como naranjilla, taxo y mandarina, disponibles exclusivamente en este emblemático hotel.
Darío Gualoto nos invita a ser parte de esta experiencia única, donde la gastronomía se fusiona con la cultura y la tradición en un espacio que celebra lo mejor de nuestro país. El Hotel Plaza Grande ofrece más que un postre; ofrece un viaje al pasado y a nuestras raíces.
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