Carolina Gordón, a sus 32 años, se ha convertido en una referente del emprendimiento innovador en Guayaquil, combinando la sexualidad y la gastronomía en su proyecto Santo Clímax. Su travesía comenzó en la época post-pandémica, cuando la necesidad de replantearse la vida y sus objetivos la llevó a crear un espacio que desafía los tabúes familiares y sociales sobre la sexualidad.
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Redefiniendo el emprendimiento post-pandemia
La pandemia trajo consigo desafíos y reflexiones para muchos, y para Carolina no fue la excepción. Con cuatro años de experiencia como locutora en una radio, comenzó a cuestionarse su futuro profesional. La chispa del emprendimiento siempre había estado presente en su vida, pero las responsabilidades y el miedo a lo desconocido la habían frenado. La pandemia, sin embargo, le dio el empujón que necesitaba para lanzarse a la aventura empresarial.
Rompiendo tabúes familiares y sociales
Criada en una familia evangélica donde la sexualidad era un tema prohibido, Carolina siempre sintió curiosidad por la diversidad sexual y la normalización de estas conversaciones en otros países. Inspirada por figuras como ifluencers internacionales y programas de televisión que exploraban formas de amor como el poliamor y el bondage, decidió crear un espacio donde estos temas pudieran discutirse abiertamente.
De la idea a la realidad: nació Santo Clímax
La idea de Santo Clímax surgió tras ver un video en YouTube de un lugar similar en España. Carolina, junto a su novio, decidió llevar esta innovadora propuesta a Ecuador. Empezaron con encuestas en redes sociales que revelaron un interés positivo. Así nació Santo Clímax, iniciando con productos como los “nepes”, y expandiéndose a “vulvis”, “bubis”, y una tienda sexual con una variedad de productos y servicios.
Un éxito instantáneo y en crecimiento
El primer día de lanzamientos fue un éxito abrumador, con más de 300 pedidos. Trabajando desde una “dark kitchen” en la casa de su suegra, Carolina y su equipo lograron satisfacer la demanda inicial. Este éxito inicial la llevó a renunciar a su trabajo estable y dedicar todo su tiempo y energía a Santo Clímax. Ahora, con un local propio y un equipo de 15 personas, el proyecto sigue creciendo.
Un espacio seguro y divertido para hablar de sexualidad
Santo Clímax se ha convertido en un refugio para quienes desean hablar de sexualidad sin ser juzgados. Desde chocolates y tablas de queso hasta cocteles con nombres sugerentes, cada producto está diseñado para educar y divertir. El local también ofrece servicios especiales como “la lechita”, una inyección en forma de nepe, popular en cumpleaños y despedidas de soltera.
Un negocio que emerge en una sociedad conservadora
A pesar de estar en una sociedad conservadora, Carolina ha enfrentado pocos comentarios negativos. Los que recibe, los maneja con profesionalismo y respeto, explicando su propuesta a quienes tienen dudas. Su enfoque en la calidad del producto y el respeto hacia todos ha ayudado a crear una clientela fiel y comprensiva.
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Mirando al futuro: innovación y expansión
El espíritu emprendedor de Carolina y su equipo sigue impulsándolos a innovar. Con eventos educativos como talleres de tantra y pruebas de juguetes sexuales, Santo Clímax se posiciona como un líder en la educación y exploración sexual. Carolina demuestra que con valentía y creatividad, es posible romper barreras y crear un cambio significativo en la sociedad.
Carolina Gordón, a través de Santo Clímax, no solo ha creado un negocio exitoso, sino que también ha abierto un diálogo necesario sobre la sexualidad en Ecuador. Su historia es un ejemplo inspirador de cómo enfrentar los miedos y convertirlos en oportunidades para el crecimiento personal y profesional. Actualmente acaba de lanzar su sex-shop con productos interesantes e innovadores.