En un cálido diálogo con María Eulalia Silva, presidenta ejecutiva de la Cámara de Minería del Ecuador, abordamos sobre de qué manera la minería puede transformar las comunidades y, lo más importante, permitir que cientos de mujeres puedan soñar en grande.
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En nuestra sociedad actual, una de las problemáticas latentes es la violencia hacia las mujeres. Pero más allá de las palabras y los discursos, es fundamental pasar a la acción. María Eulalia nos destacó la importancia de prevenir la violencia y nos mostró cómo la minería brinda a las mujeres independencia económica, una clave para un futuro mejor.
Cuando las mujeres son económicamente independientes, pueden tomar decisiones por sí mismas y tener control sobre sus vidas. Al contar con sus propios ingresos, tienen la libertad de elegir cómo gastar, ahorrar o invertir su dinero, sin depender financieramente de otras personas. Esta autonomía financiera brinda una sensación de empoderamiento fundamental para el bienestar emocional y el desarrollo personal de las mujeres.
Con una sonrisa en su rostro, María Eulalia nos compartió datos reveladores sobre el impacto positivo de la minería. En Zamora Chinchipe, donde se encuentran dos minas a gran escala que operan en nuestro país, se ha logrado una disminución de 13 puntos en la pobreza en los últimos dos años.
“Ellas no hablaban de minería, ni de maquinaria; ellas hablaban de sueños”
Pero lo más emocionante es escuchar las historias de las mujeres que se benefician de la minería. María Eulalia compartió una anécdota conmovedora sobre un grupo de mujeres de Zamora Chinchipe que compartieron sus experiencias de vida. Lo increíble es que, en lugar de hablar sobre la minería en sí o la maquinaria utilizada, estas mujeres hablaban de sus sueños. Hablaban de las posibilidades que se les abrieron gracias a la independencia económica que la minería les proporcionó.
Se trata de mujeres decididas a alcanzar metas que antes parecían inalcanzables, y la minería les había dado el impulso y los recursos necesarios para perseguir sus sueños con valentía. “Ellas no hablaban de minería, ni de maquinaria; ellas hablaban de sueños”, señaló.
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Al escuchar a María Eulalia queda claro que la minería puede ser una herramienta poderosa para el empoderamiento de las mujeres y la transformación de comunidades enteras. No se trata solo de extraer recursos de la tierra, sino de brindar oportunidades, abrir caminos y permitir que las mujeres escriban su propio destino. La minería a gran escala puede ser una fuerza impulsora del cambio positivo, especialmente para las mujeres.
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