“Vivía en El Toboso una moza llamada Aldonza Lorenzo, hija de Lorenzo Corchuelo y de Francisca Nogales. Como hubiese leído novelas de caballería, porque era muy alfabeta, acabó perdiendo la razón. Se hacía llamar Dulcinea del Toboso, mandaba que en su presencia las gentes se arrodillasen y le besaran la mano, se creía joven y hermosa pero tenía treinta años y pozos de viruelas en la cara. Se inventó un galán a quien dio el nombre de don Quijote de la Mancha”.
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Marco Denevi
Hoy 23 de abril el mundo celebra el día del libro y qué mejor que para este martes hablar de una de las musas que habitaba en la cabeza de uno de lo más icónicos personajes de la literatura Universal: Don Quijote de la Mancha y su Dulcinea del Toboso.
‘Don Quijote de la Mancha’ es una novela escrita por el escritor español Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) y su primera parte fue publicada a comienzos de 1605 con el título de “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”.
Pero… ¿Quién era Dulcinea?
Dulcinea del Toboso es la dama creada por un hombre de triste armadura cuyo nombre no puedo recordar, pero al que llamaremos Don Quijote de la Mancha, el Protagonista del libro de Miguel de Cervantes, quien se encuentra profundamente enamorado de esta mujer que lo inspirará a convertirse en el hidalgo caballero del mundo de los que no precisamente sobreviven cuerdos.
El punto es que Dulcinea nunca aparece en la novela, ya que sólo es parte de la imaginación del Quijote quien mediante la figura de la labradora Aldonza Lorenzo -quien sí existe, pero tampoco aparece- recrea a quien será su verdadera musa de aventuras, porque como deben saber, todo caballero andante necesita tener una dama a quien encomendarse.
Emperatriz de la Mancha
En su primera salida, el hidalgo caballero junto a su escudero Sancho Panza se encuentran con unos mercaderes. En la instancia, Don Quijote les exige proclamar a Dulcinea, Emperatriz de la Mancha, como la dama más hermosa sobre la tierra, pero los mercaderes se rehúsan debido a que nunca la han visto, como respuesta el hombre de la triste armadura les dice:
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“La importancia está en que sin verla lo habéis de creer, confesar, afirmar, jurar y defender; donde no, conmigo sois en batalla, gente descomunal y soberbia”.(Parte I, Capítulo IV)
¿Dulcinea existe?
En un extracto de la segunda parte, una duquesa se ríe de Don Quijote y cuestiona la existencia de Dulcinea, por lo que él le responde:
“Dios sabe si hay Dulcinea o no en el mundo, o si es fantástica o no es fantástica; y estas no son de las cosas cuya averiguación se ha de llevar hasta el cabo. Ni yo engendré ni parí a mi señora, puesto que la contemplo como conviene que sea una dama que contenga en sí las partes que puedan hacerla famosa en todas las del mundo, como son hermosa sin tacha, grave sin soberbia, amorosa con honestidad, agradecida por cortés, cortés por bien criada, y, finalmente, alta por linaje, a causa que sobre la buena sangre resplandece y campea la hermosura con más grados de perfección que en las hermosas humildemente nacidas”. (Parte II, Capítulo XXXII)
¿No es en el fondo la musa una imaginaria creación para la inspiración? ¡Feliz día del libro!
Y a propósito qué mejor que compartirles una bella canción, en una excelente versión:
Fuente: Wikipedia