El sofá Chester es una pieza decorativa de hace siglos y que sigue siendo un elemento que refleja clase, elegancia y cercanía con la realeza o las personas muy adineradas.
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Su origen se remonta a la antigüedad. En una ocasión, el conde Chesterfield, se dio cuenta de que los sillones habituales del Siglo XIX no permitían mantener una postura erguida, lo cual tenía dos consecuencias negativas.
Por un lado, era imposible mostrarse ante los demás tal y como exigían los cánones. Por esta razón, él encargó un sofá especial a un ebanista.
Fue así como nació el sofá Chester, o Chesterfield como también se le conoce, el cual ha sobrevivido hasta nuestros días, convirtiéndose en todo un clásico de la decoración y el diseño en los espacios cerrados.
Características únicas
El sofá Chester ha evolucionado con el paso del tiempo. Infinidad de estilos existen, algunos clásicos que valen una fortuna o otros más accesibles y que se adaptan al gusto de cualquier comprador.
Actualmente, el sofá Chester es uno de los más cotizados de todo el mundo. Una de sus grandes ventajas es que encaja en cualquier estilo decorativo; desde el clásico hasta el vintage o incluso el industrial.
Algunas de sus características son las siguientes:
– El material que se utiliza va desde la piel hasta las telas de distintas texturas. Originalmente, el material utilizado era el cuero, especialmente en tres tonos: granate y marrón. Pero en la actualidad se pueden encontrar en cualquier color.
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– Su respaldo está tapizado en capitoné, por lo que ofrece un aspecto muy cómodo. Se trata de un tapizado acolchado con una serie de botones repartidos de forma geométrica.
– Las patas de sofá Chesterfield son de madera y tienen una longitud muy corta; además, son torneadas. En cuanto a los brazos, éstos tienen forma de voluta; son curvados.
Ideas para la decoración
El sofá Chester es una pieza capaz de transformar un espacio por completo. Una sala del hogar con un Chester da un toque de clase y estilo.
Acá algunas ideas para decorar la sala de tu casa usando un hermoso sofá Chester:
Un sofá Chester en el centro de la sala de tu hogar le dará un toque aristocrático al ambiente. Los más demandados son los de color gris fuerte y que contrasten con el blanco de las paredes. Esta es la combinación perfecta.
Los sofás en tonalidades marrones y en cuero son perfectos en salones grandes y le da un bohemio. Recuerda que el marrón es un estilo que permite ser neutro y atemporal.
Con el paso del tiempo, los sofás Chester han evolucionado y los estilos y tendencias del momento. Ahora es bastante común conseguir piezas en los más diversos colores y tonalidades. Los fabricados con terciopelo están muy de moda, en tonos sobrios, suaves o estridentes.
Un sofá Chester en color morado hará de tu salón un espacio único y exclusivo. Si quieres darle un aire de sofisticación y elegancia, nada como el sofá Chesterfield en esta tonalidad, el cual recuerda a los selectos clubs ingleses del Siglo XIX.
Nada más clásico que el color blanco para darle un toque de clase y frescura a la sala del hogar. Este color le da al sofá Chester un aura glamouroso, que transmite con fuerza en el ambiente donde se coloque.
Los mini sofás Chester también son perfectos para la sala y permiten descansar los pies, luego de una larga jornada laboral. Los puedes encontrar en una gran variedad de colores y formas, siendo las más clásicas las redondas.
Otra de las variantes del sofá Chester es conseguirlo en piezas individuales como estos dos sillones que se adaptan a los espacios pequeños. Son un binomio perfecto en cualquier sala, siempre son una garantía de elegancia, clase y refinamiento.
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