Todos los días, la tecnología domina los titulares, ya sea por el auge de la Inteligencia Artificial, el crecimiento de las experiencias inmersivas o la influencia de los algoritmos en nuestra vida diaria. No obstante, detrás de este furor, hay una historia más oscura que necesita atención urgente: la seguridad de las niñas, niños y jóvenes en el mundo digital. Solo en 2023, más de 300 millones de niñas y niños en todo el mundo fueron víctimas de abuso y explotación sexual en línea. Para cuando usted acabe de leer esta columna, casi 500 niñas y niños más habrán sufrido abuso en línea. Se trata de una crisis urgente que exige medidas inmediatas.
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Rhiannon-Faye McDonald tenía sólo 13 años cuando sufrió abuso en línea. Fue acosada por un hombre que se hacía pasar por otra persona y la indujo a enviar fotos íntimas, que luego rápidamente se convirtieron en métodos de chantaje. La pesadilla se intensificó cuando el individuo llegó a su casa a la mañana siguiente, para continuar con el abuso sexual en persona. Rhiannon-Faye, ahora sobreviviente y defensora del abuso sexual infantil asistido por tecnología, tiene una misión: impulsar una respuesta global coordinada a la violencia sexual en línea. Ella habla en nombre de las innumerables niñas y niños que han sufrido en silencio y le recuerda a los gobiernos y a las empresas de este sector, su responsabilidad de actuar. “Ninguna niña o niño debería tener que pasar por lo que yo pasé”, es algo en lo que insiste enfáticamente.
Actualmente las niñas, niños y adolescentes están en línea a edades cada vez más tempranas y crecen en un entorno digital tan integral para su desarrollo, como los espacios físicos de sus hogares o los parques de recreo. Y, sin embargo, aunque trabajamos incansablemente para garantizar que los espacios físicos sean seguros para las niñas, niños y adolescentes, el mundo digital sigue siendo un campo minado. Sin los mecanismos de precaución adecuados, los niños y adolescentes están expuestos a riesgos como el acoso, la explotación y la extorsión sexual, amenazas que pueden causar traumas de por vida y tener graves consecuencias físicas, mentales y sociales. Un informe de España destaca el asombroso costo que representa la falta de acción, pues el país pierde 5 mil millones de dólares anualmente al no abordar el abuso sexual infantil. A nivel mundial, el problema está empeorando y los riesgos continúan aumentando.
Solo en Colombia, el Centro Cibernético Policial bloqueó más de 19.000 páginas que contenían material de abuso sexual infantil en el primer semestre del 2023. La línea directa Te Protejo, administrada por Red Papaz y beneficiaria de Safe Online, ha experimentado un aumento constante en las denuncias, recibiendo casi 35.000 imágenes de violaciones desde 2016. Esto ilustra una realidad aterradora: la violencia de género en entornos digitales contra las niñas y niños es un crimen sin fronteras que afecta a la niñez de todos los sexos , llegando a todos los rincones del mundo. Investigaciones, como el proyecto global “Disrupting Harm”, muestran que las niñas y los niños enfrentan estos peligros casi en igual medida. Los expertos y defensores de los derechos de la niñez están haciendo sonar la alarma, insistiendo en que esta creciente crisis sea abordada con la misma urgencia que una pandemia global.
En tan solo unos días, más de 100 líderes mundiales se reunirán en Bogotá, donde tendrá lugar la Primera Conferencia Ministerial Mundial para Poner Fin a la Violencia de género contra las niñas y niños. Este evento, auspiciado por los gobiernos de Colombia y Suecia junto con organizaciones internacionales como la OMS, UNICEF y el Representante Especial de las Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños y niñas, representa un momento crucial para abordar los riesgos digitales contra la niñez . Por primera vez, se les solicitará a los líderes mundiales que se comprometan a poner fin a la violencia sexual infantil, lo que representa un paso fundamental para avanzar en la lucha para protegerlos en todos sus entornos, incluido el ámbito digital.
Nuestras organizaciones (Safe Online, Brave Movement y WeProtect Global Alliance) junto con otros 15 grupos que trabajan por los derechos de los niños y las niñas, organizaremos un evento satélite, previo a la conferencia, llamado “Entornos Digitales Seguros para niñas y niños”. Este evento servirá como un llamado de atención, para que los gobiernos demuestren su compromiso para poner fin a todas las formas de violencia contra la niñez , incluida la violencia en línea.
Debemos exigirles a los gobiernos que promulguen leyes audaces y alineadas a nivel mundial que prioricen la seguridad y el bienestar de las niñas y niños. Dichas leyes deben ser tecnológicamente neutrales, adaptables a futuras amenazas y capaces de abordar los riesgos emergentes. Asimismo, necesitamos financiación e inversión sostenible en materia de salud pública y estrategias de prevención que puedan abordar las causas fundamentales de la explotación y el abuso infantil en línea. Básicamente, las voces de las niñas, niños y sobrevivientes deben estar en el centro del desarrollo de políticas, asegurando que las personas más afectada s por estos crímenes guíen el mecanismo de respuesta. Los gobiernos también deben exigir que los proveedores de servicios en línea adopten prácticas de seguridad y eliminen rápidamente el material de abuso sexual infantil de sus plataformas.
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Una oportunidad para concretar acciones
La conferencia de la próxima semana en Colombia es una oportunidad única para garantizar que las promesas hechas por los líderes mundiales estén respaldadas por acciones. Los gobiernos deben priorizar la seguridad digital en sus estrategias de prevención de la violencia en línea y reconocerlo como una crisis de salud global que exige una respuesta integral. Sus compromisos de proteger a las niñas y niños deben estar respaldados por políticas concretas y bien financiadas.
Las y los ministros tienen una oportunidad única de predicar con el ejemplo y establecer el estándar sobre cómo el mundo debe abordar la violencia digital contra las niña s y niños. Las promesas y compromisos asumidos en este escenario revelarán el verdadero alcance de la voluntad política para abordar esta preocupante práctica. ¿Estarán los gobiernos a la altura de las circunstancias y asumirán los audaces compromisos necesarios para crear un mundo digital más seguro para las niñas y niños, o dejarán pasar este momento?
Confiamos en que los líderes y lideresas mundiales comprendan la gravedad de la crisis y aprovechen esta oportunidad histórica para lograr un cambio real e impactante. Hay demasiado en juego para hacer lo contrario. Se lo debemos a los 500 niñas y niños que sufren violencia en línea mientras lee esta columna, y a los millones más que corren riesgo en todo el mundo.
Este es un editorial conjunto de Daniela Ligiero, cofundadora del Movimiento Brave /Valientes; Marija Manojlovic, directora ejecutiva de Safe Online; e Iain Drennan, director ejecutivo de WeProtect Global Alliance.