Colombia

“Creó a Pablo Escobar”: por qué Griselda Blanco no es un ícono feminista como la muestra Netflix

Ya hay muchos televidentes que la quieren ensalzar por llegar a donde llegó, a pesar de ser una de las peores criminales de Colombia.

Hoy en día el término “mujer empoderada” se le da a personajes que están lejos de serlo, al menos en las series. Y esto es lo que pasa ahora con la Griselda Blanco de Sofía Vergara, a quien se le ensalza por “llegar lejos en un mundo de hombres”, aunque personifique a una de las peores criminales de Colombia.

Este es el debate que ahora está en redes sociales. Hay tuits y apreciaciones donde se olvidan los terribles crímenes de esta pionera de la cocaína interpretada por Sofía Vergara, que prácticamente ayudó a Pablo Escobar, y que dio pie para que se fundara uno de los peores carteles que se recuerden: el Cartel de Medellín.

“Oigan. #Griselda es adictiva. Y voy a confesar: Despertó en mi una especie de revanchismo de género. Muy fuerte yo se. Ahora entiendo algo de la fascinación que sienten algunos por Escobar”, escribió la actriz Cony Camelo refiriéndose a la serie. Ella estuvo en la premiere y tuvo que limitar los comentarios.

Hay apreciaciones similares que han desatado el debate en Colombia, país azotado por el estigma del narcotráfico y las narcoseries, que además han creado un perfilamiento delincuencial de todo colombiano que va al exterior o migra: tan solo hay que ver lo que hacen en México a los turistas del país sudamericano por este estigma en el aeropuerto Benito Juárez.

Lo peligroso de ensalzar a mujeres criminales como Griselda Blanco al nivel “empoderadas”

Si bien no hay que caer en el estereotipo de que solo las mujeres pueden ser buenas, en este caso, romantizar criminales tiene el mismo estatus de los hombres. Tal y como pasaba con Pablo Escobar y sus fans, pasa lo mismo con Griselda: cometieron asesinatos y actos innombrables y no por eso deberían ser ejemplo de nada.

Porque lo mismo se podría aplicar para otras mujeres infames de la Humanidad, que por no ser narcos no tienen el mismo estatus pop, a excepción de Erzebeth Bathory, la ‘Condesa Sangrienta’, figura romantizada en el vampirismo.

Pero mujeres como asesinas en serie o guardias infames de los campos de concentración nazis como Ilse Koch podrían caer en la misma categoría, a pesar de que esta institución fue meramente patriarcal.

Lo que ahora muchos se preguntan es si “empoderamiento” también se vale a la hora de cometer crímenes y no superar desigualdades estructurales.

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