Colombia

Piedad Córdoba fue criticada por usar marcas costosas, pero lo hizo para combatir el racismo

A la ex senadora la señalaron por usar marcas como Louis Vuitton, pero todo vino de una dura historia de su infancia.

Piedad Córdoba, candidata al senado, en rueda de prensa en Bogotá Foto: Juan Pablo Pino

La ex senadora del Pacto Histórico, Piedad Córdoba, luego de años de luchas sociales murió en la Clínica Los Conquistadores de Medellín, por un infarto. En vida, sin embargo, ciudadanos de derecha la atacaron por usar marcas de moda de lujo a pesar de su ideología.

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En 2017, por la polémica de los Ferragamo de Petro volvió a viralizarse una foto donde se le veía a la ex senadora con un bolso Louis Vuitton. Esta foto circuló por años, de todos modos.

A costo de hoy, el bolso de los tradicionales monogramas costaría unos seis millones de pesos colombianos. Inconcebible para una mujer que como el partido de Petro, critica según sus contradictores, los modos de la clase alta.

Pero tal y como explicó la ex senadora misma el año pasado en Semana, lo hizo para combatir el racismo. Porque usó la moda como armadura para no que no le volvieran a quitar la dignidad.

“El que vuelva a llorar porque le dicen negro lo ajusto”: la infancia de Piedad Córdoba determinó su amor por la moda

Ella le reconoció al medio que rara vez repetía ropa. Y su estilo era usar colores fuertes, grandes estampados y accesorios.

Nunca tuvo un estilista. Pero tuvo que usar la moda para defenderse del racismo que vivió en su infancia.

“Mi papá es negro, mi mamá parece alemana. Nosotros vivíamos en un barrio donde todo el mundo nos señalaba porque éramos los únicos negros. Llegaban mis primas del Chocó. Esas no eran negras, eran azules, y entonces la gente nos tocaba la puerta. Nos decían: ‘Espanta la Virgen, negro ni mi teléfono, negro no sé qué’. Nos jodían mucho”, rememoró.

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Pero, un episodio fue determinante.

“Una vez llegué llorando de la escuela porque una muchacha me había jalado las trenzas y me había roto el vestido, diciéndome negra. Mi mamá nos reunió a todos y nos dijo: ‘El que vuelva a llorar, o a quejarse porque le dicen negra, lo ajusto’. Entonces, ¿quién iba a volver a llorar porque le dijeran negro?”

Así que el vestirse apropiadamente, según sus estándares, vino de sus padres.

“Mi papá era una persona que se vestía muy bien, muy elegante, olía a perfume. Yo soy igual. Mi mamá se preocupaba mucho por cómo estábamos vestidos. Siempre teníamos que estar muy limpios. Me acostumbré desde muy pequeña a ser así, vanidosa, y mi papá nos acostumbró. Nunca me acuesto sin saber qué me voy a poner al otro día. Disfruto con eso”, narró.

De hecho, un vestido que lució para esa entrevista era de una tela africana confeccionado por la icónica diseñadora Amelia Toro.

También adoraba lucir cosas de Álvaro Reyes y usaba la misma marca de los zapatos de Petro, Ferragamo. Confirmó tener en su poder un bolso de Louis Vuitton.

Afirmó en aquella entrevista que amaban las joyas, pero más la bisutería porque su padre le compraba joyas en el Chocó.

“Tengo muchas cosas que me regalan los mismos muchachos, los hijos, y yo pues como las perlas, cuando estuve en China”, rememoró.

Y en cuanto a los turbantes, admitió que tenía demasiados.

“Pero que no me regalen más, porque no sé dónde meterlos”, afirmó la ex senadora, que fue un símbolo de la izquierda colombiana, tal y como lo reafirmó en la entrevista a Semana.

Su historia recuerda mucho a lo que hicieron muchos activistas por los derechos civiles de los afroamericanos en los años 60 y 2020: quienes seguían al Dr. Martin Luther King se vestían lo más “dignamente” posible para obtener esa dignidad que los blancos les querían quitar por raza.

En 2020, viendo cómo perfilaban criminalmente a los activistas negros que iban con hoodies, se siguió el mismo código otra vez en Black Lives Matters, como narró la periodista de moda del New York Times, Vanessa Friedman.

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