Colombia jugó contra Uruguay por las Eliminatorias Suramericanas y una de las estrellas en nómina titular es Luis Díaz, atacante que juega en el Liverpool. Pero su esposa, Gera Ponce, es quien causa sensación por su increíble estilo, elegante y que sigue las tendencias. A su vez, tiene su propio sello.
PUBLICIDAD
De hecho, Geraldine está junto a Luis desde 2016 y ya tiene dos hijas con él. Ella lo conoció cuando apenas este estaba jugando en Barranquilla F.C, y ha recorrido todo su camino profesional.
Ahora en Londres muestra ese lujo confortable, con puro streetwear, y por supuesto, donde sigue algunas pautas que la hacen verse como digna sucesora de otro ícono de estilo de las WAGS de la Selección Colombia: Lorelei Tarón.
Las claves de la elegancia y tremendas pintas de Gera Ponce, esposa de Luis Díaz y estrella de la Selección Colombia
Seguir tendencias a su estilo
Es claro que ella sigue la corriente del Y2K, pero no en su ámbito más expresivo, sino en un término más simple. Cabello liso, poco maquillaje. Joyas pequeñas. Poca exhibición de marcas. Esa es su clave. Pantalones cargos y corsé en su justa expresividad.
Se atreve y lo hace de maravilla
Usa los logos de las marcas, pero no en un sentido obvio. Por ejemplo, esto lo podemos ver en una foto playera con los logos de Burberry en unas vacaciones en Punta Cana este año.
Maquillaje sencillo siempre
Geraldine Ponce sigue mucho la corriente ‘clean girl’: no tanto maquillaje en ojos, ni en piel, como se solía hacer en la década pasada. Ella utiliza muy pocas sombras, y labial generalmente nude o un brillo para combinar. El pelo es liso o recogido en una cola.
No tanto amor por las marcas
A diferencia de una Georgina, y a pesar de que le critican mucho que ahora ostenta una mejor calidad de vida, no se la pasa por ahí ostentando logos.
No muchos estampados
Los looks de Gera Ponce se caracterizan por unir combinaciones de tonos arriesgados, pero no se le ve con tantos estampados. Incluso en suits se arriesga con verdes, o rojos, o una combinación de solo negro. Pero nunca con mayor expresividad.