Colombia

Las lecciones sobre el perdón que deja Horacio en ‘Ana de Nadie’

En el capítulo 81 de 'Ana de Nadie' RCN se la jugó toda, pues mostró una de las escenas más inesperadas entre Horacio y Joaquín que pocos asimilan aún.

Después de la transmisión del capítulo 81 de ‘Ana de Nadie’ RCN “se la jugó toda”, pues el personaje de Horacio, interpretado por Jorge Enrique Abello, le pidió perdón a su eterno enemigo Joaquín, que es desarrollado por Sebastián Carvajal.

Esto creó un precedente dentro y fuera de la historia, pues nadie imaginó que esto pudiera darse sobre todo, porque el personaje del esposo de Ana se ha mostrado desde siempre como un hombre calculador, manipulador y al que le interesa quedar bien con todos menos con los suyos.

Por eso, tras el apretón de manos dejó muchas lecturas o lecciones y casi todas ellas están enfocadas en que, en algún punto, siempre existirá un espacio para la reflexión, para bajar la guardia, pero sobre todo para crear conciencia sobre las diferencias y que éstas pueden agotarse una vez que se asuman los errores que se cometieron al no dar tregua y cegarse por los celos o rabia.

¿Qué pasó en el capítulo 81 de ‘Ana de Nadie’ RCN?

Luego de que en el capítulo 81 de ‘Ana de Nadie’ RCN mostró una de las escenas más impactantes en las que Horacio decidió pedirle perdón a Joaquín tras conocer la verdad sobre las acusaciones que recaían sobre él, muchos desconfiaron.

Sobre todo, porque el personaje que interpreta Jorge Enrique Abello se ha mostrado siempre indolente, soberbio e injusto, sin embargo, éste dejó de lado todos estos preceptos para dar paso a la conciliación para así asumir que el único que cometió el error fue él.

Con esto, dejó claro que está dispuesto a aceptar que sus errores o decisiones no han sido las correctas y por eso cedió hasta el punto de aceptar que su “enemigo” en realidad era quien lo había ayudado a él y su familia.

Por eso, tendió su mano a Joaquín y reconoció que es un hombre bueno que al igual que él solo estaba protegiendo y defendiéndose de quienes lo estaban agrediendo o acechando. Y con ello, demostró que el perdón es necesario para sanar heridas, abrirse camino a lo nuevo, pero sobre todo para mirar y tratar al otro con respeto.

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