El Titanic se hundió en 1912 y desde entonces no hay quien no sienta curiosidad por conocer detalles sobre los restos que aún permanecen casi intactos debajo del Mar.
Por eso, Stockton Rush, creador de la empresa Ocean Gate encontró en esto una increíble idea para materializar el único emprendimiento acuático que garantiza recorrer este lugar que ha generado tanta inquietud y fascinación, sobre todo para quienes son apasionados de las exploraciones o expediciones profundas, así como por quienes vieron la película de James Cameron.
Pero, lo que pocos conocían es que llegar a ese lugar podría ser algo confuso sobre todo, porque se encuentra en una oscuridad absoluta, ya que están a 3.800 metros de profundidad y en su alrededor hay diversos fenómenos que pueden llegar a sorprender hasta a los más expertos en el área.
El lugar donde están los restos del Titanic es oscuro e imperceptible
En el área en el que se encuentran aún algunos restos del Titanic es muy común que se presenten “tormentas bentónicas”, remolinos o cualquier tipo de corriente marina que pueda arrastrar fácilmente cualquier tipo de objeto que se “atraviese” en ellas.
Sin embargo, expertos como Stockton Rush estaba seguro que esto no representaba un peligro en sus aventuras acuáticas extremas.
Pero, a esto se le suma la teoría de la “perturbadora” corriente de agua fría llamada Western Boundary Undercurrent que, dependiendo de la intensidad, puede desplazar o arrasar hasta convertir en sedimento cualquier estructura, tanto que se estima que sea ella la causante del deterioro casi total de la embarcación que lleva hundida 111 años.
No en vano, los expertos han asegurado que quizás esa corriente también ayudó a atraer el enorme trozo de hielo que se desprendió de uno de los imponentes glaciares de Groenlandia y que fue viajando y derritiéndose gradualmente hasta impactar el 14 de abril de 1912 contra el Titanic.
Y aunque éste fue disminuyendo en su tamaño y consistencia se mantenía aún firme, ya que ese témpano de hielo de 125 metros logró acabar con la vida de más de 1500 personas.
A esto también se le suman teorías “conspirativas” sobre la presencia de algunas almas que reclaman o exigen respeto, así como de algunas “maldiciones” que pueden recaer entre quien intente alterar ese ecosistema en el que reina aún la tragedia.