Lo peor que le han dicho los hombres: exponen mensajes ‘aberrantes’ que les han dicho a sus parejas
Al entrar a redes sociales, una de las cosas más comunes que se pueden encontrar es la manera en que es normal ahora el exponer la manera en que las parejas y exparejas tratan a quienes están a su lado.
En plataformas como Twitter abundan las capturas de pantalla con mensajes de todo tipo, y por medio de esta misma red social se encargan de boletar a quienes los han tratado mal, y un común denominador en esta tendencia es que el lado abusivo de la conversación suele ser del género masculino.
Por tal motivo, se volvió viral en dicha la plataforma el contar lo peor que le han dicho los hombres, y si uno se pone a leer la clase de cosas o el calibre que pueden llegar a tener sus palabras, dejan mucho qué pensar y qué desear.
De hecho, una de las respuestas que más causó molestia y que terminó por viralizar esta dinámica, fue una donde un sujeto le dice a una cibernauta, de manera lesbofóbica y despectiva “cállate tortillera”. A esto, su respuesta fue bastante contundente y la felicitaron de paso:
Exponen mensajes ‘aberrantes’ que los hombres les han dicho a sus parejas
Y es que ese no es el único mensaje que termina por dejar en evidencia la conducta machista, misógina, clasista y hasta paternalista que la figura masculina suele ejercer, consciente o inconscientemente, y que se sigue manteniendo normalizada hasta el día de hoy.
Debido a esto, muchos cibernautas han salido a exponer conversaciones que tuvieron con parejas anteriores, que revelan las palabras sexuales, crueles y abusivas que tuvieron que sufrir en algún punto. Estos son algunos de los ejemplos donde la indignación es obvia y clara:
“Le pusieron los cuernos a mi ex, él me los pone a mí y tuvo los cojones de decirme en mi cara “bueno sé por lo que vas a pasar porque yo pasé por lo mismo y sé que duele”; “Después de no haber querido f*** un día porque veníamos de viaje y estaba agotada, me dijo: “¿No ves que soy un hombre y son mis necesidades?”. Yo pensando: ¿necesidades? ¿Y yo qué soy, el inodoro?”; “Ir a la casa de mañana (a desayunar), negarme a coger y que me saque de la casa diciendo “entonces no sé para qué viniste, posta pensaste que ibamos a desayunar? dale, son las nueve de la mañana y tengo la casa sola, no seas tan boluda, mejor volvete a tu casa.” o “A mí me escribió en la pizarrita de la cocina, a los dos días de empezar una dieta, que no lo conseguiría, que nunca conseguiría nada. Lo vi al regresar del trabajo. Yo estaba agobiada con el tema y literalmente, me dejó hecha polvo. Cuando tuve fuerzas, lo dejé”. Son tan solo algunas de las humillantes historias que muchos se han animado a contar.